un esclavo, dos relatos
He aquí un episodio sangriento y confuso de la historia estadounidense: en 1831, el esclavo y predicador Nat Turner lideró una revuelta contra los terratenientes en Virginia. Murieron unos 60 esclavistas blancos y, en las semanas posteriores, muchos más negros como respuesta. En 1962, un escritor virginiano (blanco) y progresista, William Styron, contó su historia en primera persona en Las confesiones de Nat Turner, animado entre otros por su amigo (negro) el novelista James Baldwin. Styron ganó el Pulitzer; el libro entró en el currículum escolar; Fox compró los derechos para el cine. Unos meses más tarde, diez escritores negros firmaron un manifiesto contra la novela y las tornas empezaron a girarse. Acusaban a Styron de retratar a Turner como un salvaje iluminado. El proyecto de película quedó aparcado hasta que este año, un cineasta debutante (negro), Nate Parker, estrenó en Sundance
The birth of a nation, su propia versión de la historia y una llamada al activismo. Según Parker, Styron pintó al esclavo como “un lunático perturbado cuya única motivación es su lujuria incontrolableporlasmujeresblancas”.Elfilmesonaba para Oscar hasta que su director quedó atrapado en una polémica ajena a la historia, por un caso de violación del que fue absuelto.