La enciclopedia King
Stephen King comparte con muchos otros escritores una anécdota fundacional tan recurrente que, de verla en un libro de ficción, diríamos que es un cliché. De niño, pasó una larga convalecencia debido a una infección de oído y una amigdalitis. Aprovechó bien el tiempo. Escribió cuatro cuentos con los mismos personajes (una tetralogía, nada menos) y, lo que es más importante, los vendió todos. Poco importa que esa clienta-lectora fuera su madre, que criaba sola al pequeño Stephen limpiando casas y haciendo rosquillas en el turno de noche de una panadería después de que, en otro giro también poco original, su marido, Donald, saliese un día a por tabaco y no volviese jamás.
King siguió redactando relatos compulsivamente y poco después de graduarse en la universidad, ya casado con la que todavía es su esposa, la también escritora Tabitha King, tenía listo un extraño cuento sobre una adolescente a la que le viene la regla en el vestuario del gimnasio y descubre que tiene telequinesis. Dice la leyenda que Tabitha descubrió el esbozo de en la basura y lo rescató. King aun tardaría tres años en publicarlo pero a partir de ahí empezaría la trayectoria que lo ha convertido en el autor vivo más publicado, adaptado y simultáneamente ninguneado y reverenciado. Esto y más se recoge en
(Plaza & Janés), un compendio escrito por el argentino Ariel Bosi , que deja sus intenciones claras ya en el prefacio: “Este libro es obra de un fan, para los fans. Los viejos, los nuevos y los que llegarán”. Tiene especial interés el repaso exhaustivo de todas las adaptaciones que se han hecho del universo King, en cine, claro, pero también en cómic, videojuegos y hasta en ópera. En los últimos años, quizá por la dominación del cine de superhéroes y de las series para adolescentes, el audiovisual no ha bebido de Stephen King tanto como solía. Pero antes de eso, hubo tres décadas largas que produjeron películas como
y La que siempre encabeza los listados como su mejor adaptación, de Kubrick, es la que King detesta con pasión. Los guionistas destriparon la novela original ignorando temas como el peligro del alcoholismo, algo fundamental para el autor, que ha hablado en muchas ocasiones de adicción superada. King dijo de la película que es “profundamente perturbadora”, y en eso todo el mundo puede estar de acuerdo.
Ariel Bosi