El cine catalan que viene
Operas primas y adaptaciones de novelas
Mujeres que emprenden viajes sin retorno a la búsqueda de su propio yo. Parejas y grupos de amigos que cuestionan sus anhelos y su forma de vivir. Niñas que deben volver a encajar en el mundo. Son algunos de los personajes que pueblan las películas que se están gestando ahora mismo en nuestro territorio y que verán la luz durante el 2017. Un año que sobresale por proyectos de debutantes que ya cuentan con un sólido recorrido en mercados de cine internacionales; segundas películas de directores con óperas primas prometedoras, y algunas de las adaptaciones literarias más arriesgadas que se han producido en los últimos años.
Sin embargo, si tuviéramos que definir brevemente la esencia de nuestro cine en construcción deberíamos referirnos precisamente al dibujo de unos personajes que parecen deambular sin rumbo, sin referentes explícitos o incapaces de hallar certezas. Personajes obligados a hallar su propio rumbo interior, al margen de constricciones sociales, culturales o territoriales pero también de codificaciones cinematográficas. Parece, pues, que una parte significativa del cine que viene transcurre mayoritariamente dentro del alma de unos personajes que viven en suspensión; que su envoltorio, su forma de presentarse, sigue combatiendo en esos márgenes donde hemos tendido a situar el cine de autor; y, finalmente, que dentro de éste, estamos ante un cine cuya fuerza creativa sigue siendo capaz de combatir presupuestos ajustados si es necesario.
Aún así, es cierto que en el apartado de adaptaciones literarias parecen invertirse precisamente algunas de estas premisas. El cineasta mallorquín Agustí Villaronga firma una de las adaptaciones más ambiciosas llevando al cine la gran novela de la literatura catalana Incerta Glòria, de Joan Sales. La aclamada y popular novela de Albert Sánchez Piñol, La pell freda, ha sido dirigida por el director francés Xavier Gens. Y, finalmente, Isabel Coixet se adentra en la tarea de poner imágenes a la novela The bookshop de Penelope Fitzerald. Películas todas ellas que, sin renunciar a la marca autoral, navegan en presupuestos aparentemente más elevados.
Como coda final a este avance del cine que veremos en el 2017, un apunte que nos permite abrir una reflexión entorno a la mirada de género. Muchos de los personajes protagonistas de las películas que vienen para el año que viene son femeninos. Lo es Ana de Ana de día, Frida de Verano de 1993, Júlia
de Júlia ist, Mónica de Tierras de soledad, Janine de Brava o Florence Green de The bookshop. Mujeres que, de alguna manera, son las encargadas de dar forma a algunas de las grandes dudas existenciales de nuestro tiempo y que, no casualmente, son las que hallan la fuerza para sobrellevar las incertezas que caracterizan la contemporaneidad. |
Estamos ante un cine de margen, cuya fuerza creativa sigue siendo capaz de combatir presupuestos ajustados