Humor, sorpresa, absurdo
Enrique Vila-Matas en el barrio del Coyote
Nacido en Barcelona en 1948, Enrique Vila-Matas estudió Derecho y Periodismo, fue actor en varias películas prohibidas por la censura franquista, y crítico de cine y autor de entrevistas inventadas a personajes famosos en las desaparecidas Fotogramas, Destino y Bocaccio. Vilamatiano desde su primera novela, Mujer en el espejo contemplando el paisaje (1973), sus verdaderas señas de identidad tienen su origen en Historia abreviada de la literatura portátil (1985), que con Bartleby y compañía (2001) es punto de partida de una serie de novelas donde los escritores y la escritura son un tema central. El mal de Montano (2002), la más accesible París no se acaba nunca (2003) y Doctor Pasavento (2005) son tres piezas claves de su bibliografía, y el escritor de culto empieza a tener una proyección más amplia. La bebida pasa de ser un deleite a un íncubo, y la muerte tiene una presencia más visible. Con Dublinesca (2010) se produce el salto inglés, es decir, la atracción por la literatura inglesa y sobre todo irlandesa, con Joyce y Beckett a la cabeza. Con Kassel no invita a la lógica (2014) se abre su interés por las artes plásticas, concretamente las instalaciones, que se consolidará en Marienbad eléctrico (2016) Y es así como, tras este largo recorrido, llegamos a una de sus obras más complejas en torno al tema de la creación literaria y de su propia escritura, Mac y su contratiempo .En otro de sus característicos desplazamientos geográficos, nos encontramos ahora en pleno centro de Barcelona, donde –eterno observador– “lo que pasa en la calle” es fuente de inspiración para sus reflexiones. Estamos en el barrio del Coyote, así llamado en honor al creador del legendario personaje creado por José Mallorquí Figuerola, que vivió en el mismo piso de la calle Urgell que ocupa el novelista Ander Sánchez y su vecino Mac Vives Vehins, álter ego del propio Vila-Matas. Un barrio que “se extiende, sin límites muy definidos, por debajo de la plaza de Francesc Macià, antes de Calvo Sotelo”, y que pronto se nos hace familiar, con la exuberante y simpática quiosquera, un peatón cubista o los curiosos mendigos, uno de ellos como salido de un relato de Ana María Matute, y sobre todo, el odiador y odioso sobrino de Sánchez, Julio.
Sánchez escribió hace treinta años unanovela, Walterysucontratiempo, que pronto cayó en el olvido. Mac se propone reescribirla, en una escritura que es repetición y al mismo tiempo modificación. En realidad, no pasa de ser un proyecto, del que solo deja constancia en su diario.
El protagonista de los diez cuentos que integran la novela es un ventrílocuo, Walter, obligado a tener varias voces pero que de pronto –maldición de todo escritor– se queda con una sola voz. El proyecto de Mac nos lleva a numerosas reflexiones sobre la modificación, la escritura, las lecturas, las obras falsamente inacabadas o la búsqueda del origen del cuento. Con su remake o relectura, la novela adquiere un trepidante ritmo narrativo, con la presencia central de su esposa, Carmen, novia que fue de Sánchez –con el que tal vez vuelva a tener una relación– y amante de un sastre. Es posible que sólo sean alucinaciones de Mac, en una novela llena de vacíos y ambigüedades en la que es otra de las grandes novelas de Vila-Matas, llena de humor, de sorpresas, de búsquedas y de fugas y por supuesto de situaciones u observaciones absurdas, para identificarse con el Gógol de El capote, que “abandonó el sentido común y trabajó alegremente en elbordedesuabismoprivado”. Enrique Vila-Matas Mac y su contratiempo SEIX BARRAL. 304 PÁGINAS. 19,50 EUROS
Humor, sorpresas, vacíos, ambigüedades, fugas y situaciones absurdas: ingredientes de este gran libro