¿Conservador Mamet?
No quise perderme el estreno en Barcelona de Muñeca de porcelana, última obra de David Mamet, icono de la cultura estadounidense y su dramaturgo más reconocido tras la muerte de Arthur Miller. Quería ver si su texto reflejaba el debatido giro de Mamet hacia la derecha, que hizo público en un artículo en el Village Voice en el año 2008 (Why I am no longer a ‘brain-dead liberal’), donde, sin retractarse de su pasado izquierdista (de liberal “perfeccionista” a la americana), decía haber dejado de creer en aquellos valores. Un giro que ya podía intuirse en la serie televisiva que produjo y escribió a partir del 2006, The
Unit, apología de las fuerzas de élite yanquis dispuestas a intervenir en cualquier lugar del mundo para restaurar el orden a base de mamporros contundentes.
No es que el dramaturgo fuera antes de eso un intelectual orgánico. Asistí en 1992, en Harvard, al estreno de su obra Oleanna a cargo de su viejo amigo William Macy y su joven esposa Rebecca Pigeon, y ya me pareció una voladura en toda regla de la ideología de la “corrección política” que estaba en auge. Parecida independencia de criterio se da en la obra del teatro Poliorama, cuyo personaje central, un millonario inescrupuloso, bocazas e hiperactivo (magnífico José Sacristán), recuerda mucho, según se ha puesto de manifiesto, al actual presidente de EE.UU. (Mamet figuraba entre los republicanos que apoyaban a Ted Cruz frente a Trump). Y la visión del mundo del dinero en su registro más crudo no es muy aleccionadora que digamos. ¿Conservador David Mamet? Más bien anarcoindividualista a lo John Grisham, con una aproximación tan ácida como distante al universo de los poderosos.
P.S. Ferran Mascarell me hace notar que en mi columna de la semana pasada sobre el caso Carme Fenoll no quedaba claro que fue él quien la puso al frente del Servei de Biblioteques de la Generalitat. Queda consignado.