Voces de libreras
El 23 de abril de 1956, el gran periodista de este diario Manuel del Arco entrevistaba a la librera Maria Borràs, esposa del editor José Cruzet y una de las primeras impulsoras de la celebración del Día del Libro desde su histórica librería Catalònia. Tras recordar el nacimiento de la efemérides (en 1926, bajo la dictadura de Primo de Rivera, siguiendo una idea del editor valenciano Vicente Clavel), Borràs recordaba que “si para todos los comerciantes el año tiene doce meses, para el librero tiene los doce normales y el trece, que es el día del Libro”. En aquella época lo que más vendía era “en general los premios literarios, y dentro de las novelas, el Nadal; y, aparte, Cela y Gironella en castellano, Pla y Sagarra en catalán.” De su trabajo decía que, dentro del comercio, representaba algo diferente, “por cuanto que el libro es un género noble y, por su difusión, renunciamos a un beneficio mayor que el que correspondería a otro artículo que no tuviese este valor espiritual”.
Más de sesenta años después la que nos habla es una librera actual, Isabel Sucunza, quien publica en editorial Comanegra un
Informe de lectura donde relata los orígenes de su librería Calders. En este testimonio de consulta obligada para interesados en nuestra trama cultural, la autora detalla complicidades con las que ha contado y también las razones de su éxito: además de rodearse de los asesores correctos y programar actividades “de forma casi frenética”; asevera que “tenemos un público muy fiel,y si lo tenemos es por los títulos que ofrecemos pero también por lo que hemos decidido no ofrecer”.
Entre Maria Borràs e Isabel Sucunza hay décadas de distancia y distintas formas de entender el negocio, pero una actitud común de amor a la lectura, respeto al lector, búsqueda de la información más completa, comprensión del valor cultural del libro pero también búsqueda de las estrategias más idóneas para difundirlo y comercializarlo.
El 23 de abril, gran día de los libreros, llega este año arropado de numerosas iniciativas, algunas impulsadas por el Ayuntamiento en torno a la Barcelona Ciudad Literaria de la Unesco. Y hay que felicitarse de que aquella idea de 1926 se siga cubriendo de capas que añaden valor a su propósito inicial. También este suplemento especial Sant Jordi 2017, con reportajes literarios y más de trescientas recomendaciones, aspira como cada año a acompañarla con el máximo cariño. Sumándonos con entusiasmo. ¡Viva el Sant Jordi!