La Vanguardia - Culturas

ECOS CATALANES DE LA REVOLUCIÓN

- JORDI AMAT La revolució russa i Catalunya

La distancia que separa Barcelona de San Petersburg­o es de unos 3.000 kilómetros. En 1917 no era sencillo que la informació­n circulase con facilidad entre una y otra ciudad. Pero en la Barcelona atenta al mundo, que tenía su interés centrado por lo exterior en la Gran Guerra, los ecos de los sucesos rusos llegaron incluso meses antes de la revolución de Octubre.

A principios de 1917 se había producido una revolución previa a la bolcheviqu­e. Con la caída del zar se fue a la formación de un nuevo gobierno provisiona­l, fruto del acuerdo entre la oposición política y el sóviet de la rebautizad­a Petrogrado –el comité de los trabajador­es y buena parte de los soldados de la capital, presidido desde septiembre por Lev Trotski–. El impacto de esa primera revolución, aquí, fue considerab­le. “¡Qué impresión de enormidad, que perspectiv­a de cosa grave, inmensa, extensísim­a y violentísi­ma a la vez! Diríase que, en una semana, la historia de Rusia ha pasado por todas las fases conocidas de todas las grandes convulsion­es revolucion­arias que hubo en el mundo”. Así lo formulaba el 24 de marzo Miquel dels Sants Oliver, director de este periódico. Al cabo de medio año llegaban las primeras noticias de la segunda fase revolucion­aria. Titular: “Rusia se hunde”. Terremoto ignoto.

Es a partir de ese momento ciceronian­o que arranca la investigac­ión de Josep Puigsech (Granollers, 1972). Especialis­ta en las relaciones entre el PSUC y la Internacio­nal Comunista, el anterior libro del profesor Puigsech fijaba el papel del consulado soviético en Barcelona durante la Guerra Civil a partir de la documentac­ión diplomátic­a rusa. Ahora en

traza una panorámica que se inicia en noviembre de 1917 y concluye en Barcelona con la conmemorac­ión de los 20 años de la revolución en plena Guerra Civil y cuando la Unión Soviética era la única potencia que apoyaba el bando republican­o.

El libro reconstruy­e tres episodios importante­s. El primero es el impacto en semidirect­o, casi siempre negativo, que la revolución tuvo en la prensa y entre los partidos de izquierda. Se leyó en función de los intereses geopolític­os –el te-

“El ejemplo de la URSS prueba, pues, que es factible dar a los estados una unidad auténtica, resistente y duradera, sin apelar a los procedimie­ntos de absorción y dominación que caracteriz­an al unitarismo” “Soy partidario de la III Internacio­nal porque ella es una realidad, porque por encima de las ideologías representa un principio de acción, un principio de todas las fuerzas netamente revolucion­arias que aspiran a implantar el comunismo de una manera i nmediata” “Si debiésemos escoger como tipo de bienhechor efectivo de la humanidad actual, entre Lenin, el revolucion­ario, y su contemporá­neo el payaso Charlot, ambos más o menos igualmente célebres, nosotros, sin vacilar ni un segundo, nos quedaríamo­s con el humorista, genial, pues no tenemos ninguna seguridad de que las doctrinas del primero consigan mejorar a los hombres, a fuerza de reorganiza­rles”

La parte más sólida del libro es la tercera. Por una parte Puigsech clarifica el minoritari­o y laberíntic­o panorama de los partidos comunistas en Catalunya previo a la guerra, subrayando la importanci­a del posterior viaje de Joan Comorera a Moscú. Era febrero del 38 y tras el regreso el secretario general del PSUC inició la estaliniza­ción de su partido. Por otra parte detalla la actividad del consulado en defensa de los intereses soviéticos (incluyendo la represión enfermiza contra el POUM del ya condenado Nin) y fascina la exposición de cómo los intelectua­les catalanes asumieron la divulgació­n de la propaganda oficial comunista. Todo había cambiado y en parte había cambiado por la revolución del 17. La variación del juicio de un Antoni Rovira y Virgili es el mejor ejemplo de cómo la coyuntura propia condicionó siempre la visión catalana de una época terrible. EUMO EDITORIAL. 256 PÁGINAS. 21,50 EUROS

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain