No todo van a ser dramas rurales
Narrativa Una antología para descubrir la fuerza, el talento y la diversidad de estilos de Víctor Català
La recuperación por el Club Editor hace un par de años de Un film (3000
metres) representó un cambio en la percepción de Víctor Català, nacida Caterina Albert (L’Escala 18691966). Este libro se había reeditado en 1985, y no conectó con los lectores como lo ha hecho veinte años después. Los lectores de hoy han encontrado en sus páginas una novela moderna, con un gran personaje característico de la idiosincrasia barcelo n esa fanfarrona y escaladora y un talento narrativo urbano, alejado del tópico de la literatura recia y del drama rural, y del intimismo psicológico de Solitud (1909).
Mientras esperamos la edición de todos sus cuentos, que Club Editor ha anunciado para el próximo año, y como coletilla del centenario de la muerte, se publica De foc i de sang, una antología que también huye del tópico, incluye algunas de sus primeras obras junto a cuentos publicados en la pos guerra, recupera unos cuantos textos autobiográficos( la peripecia dele autor a, la resistencia a domesticar su alma de artista, suscita tanto interés como su obra y hagenerado un documental dobla do debio
pic).Ellib rose situaba jo la bandera del eclecticismo desenfrenado que Víctor Català defendió en sus textos teóricos, encontrad el os que pretendían encasillarla en un estilo o un movimiento. Un film (3000 me tres) es un reflejo de esa aquesta actitud ecléctica radical, como lo es también L’ex
plosió (1902), un cuento cáustico sobre el anarquismo y la violencia social o Lama re Balen a (1920) que re trata el choque entre los chavales del pueblo
y el forastero de Barcelona, un tema que Monzó trató sesenta y cinco años después en Literatura rural de L’illa de Maians.
De acuerdo: existe Víctor Català sangrienta, negra, tremendista y exagera da. La autor a del monólogoL’ infantic ida (1898) o de Lav ella (1902) que traza filigranas con la violencia y
la desgracia. Pero junto a ella encontramos a una autora que puede ser muy sensual y entonces recuerda a Ruyra, y que otras veces es irónica y tiene un gran sentido de la piedad, y entonces recuerda a Espriu y a Ariadna al laberint grotesc. Por ejemplo en
Lenín (1950), que es un cuento excepcional, con un gran protagonista: el chico, un poco loco que desaparece de la casa solariega para vivir a la aventura. El episodio final, con la descripción de una inmersión en una cueva tiene la fuerza imaginaria del mejor romanticismo. El retorno del chaval ala casa, porque quiere volver aprobar la mermelada de su madrees impresionante. Qué manera de jugar con las expectativas del lector, plante ar un episodio emocionante que no contradice la incongruencia del chico. Y la manía del protagonista de ser libre a cualquier precio, cuando regresa a casa, no le gusta ninguna de las camas que le ofrecen y pide dormir en una cuba. Y los detalles del comportamiento del perro que no quiere co- mer higos y quedistingue entre caracoles de huerto y de montaña( el caparazón más delgado en unos que en otros, más fácil de esclofollar). Yla fidelidad del perro, tan bien retratada. Y la descripción del perro muerto, tanbau dele ria na. Está muy muy bien.
De fondo, una gran ansia de libertad, en contra de convenciones y las cuadrículas, delo que se debe hacer y lo qued irán, que Víctor Català, artista multifacética (además de escritora fue pintora y escultora), sufrió en su propiapiel.
El libro hace bandera del eclecticismo desenfrenado que Víctor Català defendió en sus textos teóricos