El triunfo de los principios
Biografía Toni Montesinos retrata a Thoreau, el filósofo de la intuición
El escritor y crítico literario Toni Montesinos (Barcelona, 1972) está entrevistando a Paul Auster por teléfono. Es el 2004.Cuando pregunta al estadounidense por sus principales influencias, éste pronuncia algo parecido azoro u. No es hasta que, tras tirar atrás y adelante la grabadora, el periodista entiende que se refiere a Thoreau. A partir de ahí, Montesinos se interesa cada vez más por el autor de
Walden, y en el 2011 viaja a su Concord natal, en Massachusetts. ¿Qué hace tan fascinante a este filósofo sin método ?¿ Qué nos ha de decir hoy su apuesta por una ética que a tienda ala intuición?
El ensayo de Montesinos es una biografía documentadísima que, al mismo tiempo, combina la semblanza clásica con innumerables y apasionadas lecturas. Esquiva los tópicos que persiguen a Henry David Thoreau para abordar el personaje desde sus relaciones (hay que tener en cuenta que en Concord coincide con los trascendental is tas y, en especial, con Emer son ), su escepticismo social (desde qué posición rechaza los dogmas de las instituciones ), su espiritualidad unida inexorablemente alas enseñanzas de la naturaleza, y su pensamiento en acción (desde cómo se convierte en un icono de la des obediencia civil al caminar diario como práctica de pensamiento ).
Thoreau morirá a los 44 años. Tiempo suficiente para haber desarrollado una forma de vida que hoy, según Montesinos, aún nos interpela. Para no dejarnos cegar por los impactantes adelanto s tecnológicos pero, también, para reivindicar una identidad propia frente a los postulados de las masas. Si Thoreau es radical, en efecto, es porque va ala raíz del problema, ahuyentando urgencias innecesarias, mecanismos impuestos desde fuera, y obligaciones que no nos permiten una vida auténtica, una vida al airelibre.
Mirar hacia arriba es mirar hacia el interior, como nos recuerda Montesinos. Y es que Thoreau encarna, según el escritor, la asimilación de lo verdadero mediante la experiencia
Su pensamiento aún nos interpela para reivindicar una identidad frente a los postulados de las masas
(hechos y palabras van del a mano ), y “la aperturamental y espiritual a los enigmas que el día a día nos regala”, desde parámetros tan simples y tan complejos como la honestidad y la austeridad.
El hombre hecho a sí mismo (que no tiene nada que ver con el relato del éxito o el fracaso contemporáneo) es aquel que vive en un “hacer transitivo”, que construye su singularidad prolongando la naturaleza propia, sin dejar de luchar por la libertad y la dignidad humanas. Las últimas palabras que pronuncia misteriosamente Thoreau antes de fallecer, “alce” e “indio”, aún resuenan como un jeroglífico que hay que descifrar. Bosque adentro.