TRAP, EL NUEVO POP ESPAÑOL
EL PROVOCATIVO RAP DE LOS NINIS SALTA DE YOUTUBE AL FESTIVAL SÓNAR
El trapes un( género) bastardo. De moda millennial y objeto de curiosidad y/o rechazo por el establishment musical, en apenas un par de años y en un acto relámpago de sublimación edípica este estilo demúsica se ha emancipado y ya no reconoce ni a su supuesto padre, el rap. En España, envalentonados por me
gusta y decenas demillones de visitas de YouTube, se ha ido desarrollando hasta adquirir estatus de fenómeno generacional. Después de décadas tratando de consolidar una escena delhip-hop capaz de erigirse en un estilo portavoz de la juventud española, el trap ha matado al padre en redes sociales y plataformas de internet para convertirse en el verdadero rap español, que no enelrap
enespañol.
La presentación en sociedad del trap puede fecharse en el Sónar del 2015, cuando la dirección del festival se atrevió a programar a Pxxr Gvng –léase Poor Gang, la banda de los pobres, convertidos ahora en Los Santos–un cuarteto mestizo de post adolescentes salid os de Granada, Madrid y el Raval barcelonés sin siquiera un disco en el mercado. Las crónicas de aquellos días destacaban que había más chicas perreando encima del escenario que entre el público .“La audiencia del trapes muy joven y muy específica, y escucha prácticamente exclusivamente esta música ”, explica Enric Palau, uno de los directores del certamen. “Se muevenmás por redes sociales que por conciertos y festival es. La apuesta delSónaressa carlos de su ámbito habitual”. “Tú vas con toda la ropa del De cathlon/ Yo de esa mierda poca, yo Louis Vui- tton” (Pimp Flaco, VoyFl ex yBoys ). Esta apuesta del festival b arce lonés por sacaraltrap de su zona de confort se concentra este año en un nuevo escenario, el SonarXS, destinado a sonidos un der gro undy donde actuarán cinco de los ocho artistas incluidos en estas páginas que operan con mayor o menos ortodoxia en la escena nacional. Lo de un der gro un des, en cualquier caso, un calificativo relativo y algo vacío de significado, como reconoce Pala u, que identifica en el género el potencial para dar voz al vértigo pos consumista de las hordas de adolescentes y ni nis, más o menos marginales pero permanentemente conectados .“Muchos de estos artistas, como Los Santos o C. Tan gana, empiezan a triunfar enAméricaLatina. Se acabará convirtiendo en un nuevo pop en el sentido de música realmente popular ”, añade.
Han pasado menos dedos años de la puesta de largo de Pxxr Gvang en un gran cita del panorama cultural, y aunque tal vez sea algo pronto, se puede argumentar que eltrap en España se presenta( por fin) como una manifestación análoga–en repercusión generacional y contenido sociológico–y autóctona aloque ha sido elhip-hop desde finales de la década de 1970 en los guetos de Estados Unidos. El trapes bastardo pero genuino porque, aunque repite gestos yre ferencias–comono puedeserde otra manera en el imperialismo cultural propagado por la fibra óptica y por el 3G–, ha ido construyendo un discurso propio con la virtud de la candidez para trascender a sus propios referentes. Hasta tal punto el trap español se ha emancipado, que mientras en Estados Unidos el trap continúa siendo un subgénero del hip-hop, en la escena española ha
elevado su estatus por encima del desuspr ecursores. “Tu estilo es como mi inglés, de garrafón de agua Vi ch y/ Hay muchopap ichulo pero pocas bit ches ”( Be jo, Mucho ). Es cierto que para el oído poco acostumbrado o para los poco aficionados alas etiquetas y tendencias resulta difícil y hasta absurdo diferencia r el trap del hip-hop de filiación pendenciera y hedonista –el gangstayel
blingbling–má so menos convencional. En una primera escucha–o visionado, pues su plataforma de propagación primaria es YouTube–, puede presentarse como poco más que una versión rudimentaria del rap,restringi da por un conjunto muy limitado de recursos estilísticos y una poética recurrente enloma carra y consumista. Pero más allá de algunas especificidades sonoras (casi técnicas ), lo que distingue eltrap nacional del a escena delhip-hop son las nuevas formas de consumo y producción, quede terminan su público y, con él, su discurso.
El trap no sólo ha asimilado manierismos y herramientas, sino que se los ha apropiado y adaptado a la realidad mestiza – cani, latina, nini, a veces pero no siempre marginal– española. Tras algunos intentos más que dignos de construir un rap con acento español como la sevillana y flamenca Mala Rodríg uezolosrumberos barceloneses Sólo Los Solo, el trapes la música de los nativos digitales, auténtico sin diesen tanto que han crecido entre las ruinas de la industria discográfica y con una dieta ecléctica suministrada vía online en la que incorporaban de una manera orgánica el reggaeton, el flamenco o el r&b y el pop de radiofórmula. No copian códigos, sino que han nacido en ellos, y el mestizaje no es una decisión es tilís ti ca, sino su idioma materno, en el que mezcla n el argot y la realidad del acalle española, del AlbaicínalR avalo Te tuán,conl os manierismos y la actitud de los guetos de Atlanta oC omptonap rendido senYouTube. Evidentemente, como buenos
millennials, al mismo tiempo que aspiran al éxito y al dinero, quienes hacen yes cuchantrap no esperan que quienesescribi mosoleemosestaslíneaslos entendamos. MC comoKinder Malo y Pimp Flaco, que hace un par de años eran objeto de mofa en programas de radio y considerados poco menos que engendros infra musicales, acumulan hoy más de 78 millones de visitas en Yo u Tu bey superan en suscripciones en su canal ala audiencia medida por el EGM de esos mismos espacios de la radio convencional. “Las menores quieren que seamos su papá / (...) Sus madres nos quieren ver muertos” (Pxxr Gvng, Pxxring). Como ha ocurrido tantas veces en el pasado, esa barrera de acceso generacional constituye buena parte de su atractivo y explica que haya superado en influencia al mismo hip-hop –algoquenohaocu rridoenEstados
Unidos, donde el trap sigue siendo un subgénero del hip-hop–, por no decir al rock o al indie, la música que al fin y al cabo escuchan sus padres, profesor eso el encargado de la hamburguesería donde curran.
Tanto el proceso como sus resultados pueden juzgarse impostados, pero no más que cualquier otra moda o tendencia que germina en el caldo de cultivo globalizante de internet. Por usar un cliché de la semiótica de los años sesenta, el medio es más que nunca el mensaje, e internet es el ecosistema que lo de termina todo; es la fuente de información y la herramienta de trabajo, es la plataforma de distribución y el modelo de incipiente negocio. La música se escucha en lo móviles–demasiado a menudo sin auriculares, convertido sen boombox con muchas aplicaciones pero sonido precario –, y se produce con software pirateado, aprendiendo el oficio con una mezcla de hazlo-tú-mis- mo y crowdsourcing, recurriendo a tutoriales y foros desde donde se bajan bases instrumentales sobre las que rapear, muchas veces sin atender a cuestiones menores como los derechos de propiedad intelectual, y con el que hacerse un nombre como MCy atraer las producciones ajenas,
como ejemplifica la popular Pai, tema construido sobre la base del
WorkdeRhian na que dio a conocer a BadGyal.
Nacidos en la inmediatez digital, los artistas del trap producen contenidos constantemente sin noción de tempos, lanzamientos ni calendarios promociona les, si bien sólo ahora los artistas comienzan a enfrentarse a la cuestión de cómo monetizar esos millones de clics que generan. Convertido el disco en una reliquia de valor simbólico, los artistas venden camisetas antes que música, como los ci ta dosPxxrGvngoD ella fuente, que ha desplegado un ambicioso plan de
merchand is ingaimag ende une quipode fútbol–con bufandas y camisetas demarcad en ylon caro con escudo incluido –, o se organizan en una constelación de heterónimos, colectivos y marcas con ambiciosas estructuras empresariales, con sus propias oficinas de contratación y marketing, como es el caso de La Ven di ción(conv de ventas ), liderada por Los Santos. De momento, el niño prodigio de las bases dePxxrGvng, el b arce lonés de origen uruguay oS te ve Lean, ya ha fichado por el equipo de productores 808 Mafia, casa grande deltrap en Estados Unidos, mientras que su excompañero Yung Beef se proyecta como una figura transversal de la escena que lo mismo rima sobre sobrevivir en el R aval quedesfila en la semana de la moda de París con tacones de aguja .|
El trap es la música de los nativos digitales, crecidos con una dieta ecléctica de reggaeton, flamenco, pop y r&b