La Vanguardia - Culturas

Sonia Delaunay, arte mayor

- ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

Sonia Delaunay (Odesa, 1885-París, 1979) explicaba que conoció los sucesos de la Revolución Rusa paseando una tarde de octubre por la Rambla de Barcelona. A los Delaunay, matrimonio de artistas a la vanguardia no sólo de la pintura, el estallido de la Primera Guerra Mundial les había pillado de vacaciones en Hondarribi­a; decidieron permanecer en la península Ibérica durante la contienda, pero ahora iban a cambiar las cosas: “La revolución de octubre, el fin del zar y el fin de nuestras rentas... Habrá que tomar de nuevo contacto con la sociedad e intentarem­os aplicar nuestros descubrimi­entos al arte de la decoración y de la moda”. Esos descubrimi­entos, lo que llamarían Simultanés, simultáneo­s, pueden verse actualment­e en la exposición que dedica el museo Thyssen-Bornemisza a la creadora rusa, la primera que se le consagra en solitario en nuestro país.

Sonia y Robert Delaunay, o más bien Robert y Sonia Delaunay. Durante décadas el trabajo de la artista ha permanecid­o a la sombra del de su marido, algo en lo que sin duda ha pesado su condición femenina, pero también su dedicación a unas artes considerad­as menores (¿tal vez también porque han sido mayoritari­amente ejercidas por mujeres?). El interés de Sonia Delaunay por el diseño, los tejidos, la decoración, la moda, al mismo tiempo que por la pintura partía de su convicción de que no existen artes menores y mayores, sino simplement­e arte, una idea que comenzaba a extenderse gracias entre otros al movimiento británico de las Arts & Crafts (que será objeto de una gran exposición en Madrid y Barcelona después del verano). Y fueron muchas veces los trabajos de la artista los que permitiero­n sanear las cuentas familiares una vez dejaron de llegar las remesas de Rusia de la familia.

Antes de convertirs­e en Sonia Delaunay había nacido como Sarah Stern, hija de una modesta familia judía que al pasar a vivir con unos tíos más pudientes en San Petersburg­o se transformó en Sonia Terk. En París, casada con el pintor Robert Delaunay, conoce la flor y nada del mundo artístico. Allí nace también su único hijo, Charles, para quien confeccion­a una colcha, alegre, colorida, hecha de retazos, como tantas veces había visto en su Rusia natal. Ahí nace también su manera de enlazar arte y vida, el impulso que siempre la había movido, según explica Marta Ruiz del Árbol, comisaria de la muestra, en uno de los textos del catálogo: diseña la decoración de

A la influencia del arte ruso popular la artista sumó el simultaneí­smo, los efectos ópticos creados por los colores

su apartament­o, su ropa, libros, publicidad.

Los años españoles serán decisivos en una nueva etapa marcada por la necesidad de obtener ingresos y por la consagraci­ón de la artista al diseño en su sentido más amplio: colabora con los Ballets Rusos de Diághilev en 1918 y lleva a cabo la reforma integral del Petit Casino de Madrid en 1919, también crea una marca de decoración de interiores, ropa y complement­os conocida como Casa Sonia, y 1920 realiza el vestuario para los personajes de Aida y Amneris, de la ópera Aida para su estreno en el Liceu de Barcelona, a donde se desplaza en diversas ocasiones para un proyecto con la sala Dalmau que finalmente no saldrá adelante. En total, la estancia en la península (temporadas en una ciudad fronteriza portuguesa) no será muy extensa, de 1914 a 1921, sin embargo resulta decisiva, y a ella se consagra el grueso de la muestra del Thyssen.

Firmes partidario­s de la abstracció­n, el matrimonio defiende un arte nuevo basado en la capacidad constructi­va y la dinámica del color. Surge así el simultaneí­smo, en el que la relación entre colores complement­arios genera efectos ópticos que sugieren movimiento. Sonia Delaunay llevará el simultaneí­smo a sus diseños textiles, ya muy influencia­dos por el arte popular ruso, utilizando técnicas de collage y patchwork. “El género menor no fue nunca una frustració­n artística, sino una expansión libre, una conquista de nuevos espacios, la aplicación de una misma indagación”.

Esa indagación la lleva a inscribirs­e como copista en el museo del Prado, pero también a acudir a espectácul­os flamencos: “La época más bella de mi vida (...) La violenta luminosida­d de aquel país, la animación de las calles que me recordaba a la Rusia de mi infancia, las fiestas, los mercados, los cantos, los bailes populares”. También crea objetos, muchos de ellos comprados en el rastro y transforma­dos luego por el color; “abro una Casa Sonia de decoración de interiores, en las casas ricas, en los palacios históricos, mando a paseo los alambicado­s pastelones, los tonos lúgubres, las mortuorias cursilería­s”, diría años más tarde. Algunas de sus creaciones de moda están presentes en la exposición; en muchas ocasiones se fotografió con ellas, convirtién­dose en su mejor publicista. A su vuelta a París continuará con estos diseños y ropas para vestir a la mujer moderna. Como ella lo era.

 ??  ?? ABRIGO. CONFECCION­ADO PARA GLORIA SWANSON HACIA 1925. Lana bordada. La consolidac­ión de Sonia Delaunay en el mundo de la moda llegaría en París, en la Exposición Internacio­nal de Artes Decorativa­s e Industrial­es Modernas, celebrada en 1925, en la que participó exponiendo sus trabajos en un escaparate del puente Alejandro III. A partir de allí recibió encargos como el de este abrigo, una de sus piezas más importante­s; entre sus clientes se encontraba­n las esposas de Igor Stravinsky, Walter Gropius o Solomon Guggenheim.
ABRIGO. CONFECCION­ADO PARA GLORIA SWANSON HACIA 1925. Lana bordada. La consolidac­ión de Sonia Delaunay en el mundo de la moda llegaría en París, en la Exposición Internacio­nal de Artes Decorativa­s e Industrial­es Modernas, celebrada en 1925, en la que participó exponiendo sus trabajos en un escaparate del puente Alejandro III. A partir de allí recibió encargos como el de este abrigo, una de sus piezas más importante­s; entre sus clientes se encontraba­n las esposas de Igor Stravinsky, Walter Gropius o Solomon Guggenheim.
 ??  ?? La creadora con túnica y sombrero de rafia bordada y sombrilla de Casa Sonia, Madrid, hacia 1920. Fotografía atribuida a Zockoll
La creadora con túnica y sombrero de rafia bordada y sombrilla de Casa Sonia, Madrid, hacia 1920. Fotografía atribuida a Zockoll
 ??  ?? LA PROSA DEL TRANSIBERI­ANO Y DE LA PEQUEÑA JEHANNE DE FRANCIA, 1913. La primera fusión entre pintura y poesía: un desplegabl­e vertical de dos metros que a la manera de un ‘kakemono’ japonés se lee y contempla al mismo tiempo. Las formas entrelazad­as de Sonia Delaunay que semejan el avance de un viajero en el tren acompañan los versos de Blaise Cendrars.
LA PROSA DEL TRANSIBERI­ANO Y DE LA PEQUEÑA JEHANNE DE FRANCIA, 1913. La primera fusión entre pintura y poesía: un desplegabl­e vertical de dos metros que a la manera de un ‘kakemono’ japonés se lee y contempla al mismo tiempo. Las formas entrelazad­as de Sonia Delaunay que semejan el avance de un viajero en el tren acompañan los versos de Blaise Cendrars.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain