La Vanguardia - Culturas

Canet Rock 1975

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En el documental de Francesc Bellmunt sobre la cançó, de 1975, Àngel Casas entrevista a Pau Riba. Por el andén de una estación de los Ferrocarri­ls, el periodista camina junto al músico y le pregunta si sirve a la cultura catalana y cómo lo hace. Riba responde rápidament­e: “destruyénd­ola”. Ese trabajo de destrucció­n, que encaja perfectame­nte con el objetivo de la contracult­ura, posibilitó un estallido de modernidad lúdica y transforma­dora. Dicho con otras palabras, era un proyecto de revolución moral. Nada capturó ese instante naif con tanta verdad como otro filme de Bellmunt: ‘Canet Rock’ (1976). Las imágenes del documental pertenecen a la primera edición del festival, la del verano de 1975. Ideado en las minas de la sala Zeleste de la calle Platería –donde maduraba la escena alternativ­a barcelones­a (un día toca Sisa, el otro Gato Pérez y el siguiente la Elèctrica Dharma)–, ese encuentro electrizab­a el modelo de las Sis Hores de Cançó. Si este acogía miles de personas que acudían allí para participar en un acto de compromiso, el Canet Rock fue concebido sobre todo como un acto de ruptura vital. Los miles de jóvenes, que avanzan desde la estación hasta el descampado, ante la vista atenta de las gentes del pueblo de toda la vida, son la mejor estampa de cómo convivían dos mundos antitético­s.

 ??  ?? FIESTA.
Público y músicos se funden en una conga infinita e interminab­le porque la música en directo, convertida en performanc­e, permite borrar las fronteras y las jerarquías
FIESTA. Público y músicos se funden en una conga infinita e interminab­le porque la música en directo, convertida en performanc­e, permite borrar las fronteras y las jerarquías
 ??  ?? TRANSGRESI­ÓN.
El festival como eje a partir del cual puede ensayarse una forma de vida distinta: una liberación real de las conductas. Canet, como la Rambla, como espacio de utopía
TRANSGRESI­ÓN. El festival como eje a partir del cual puede ensayarse una forma de vida distinta: una liberación real de las conductas. Canet, como la Rambla, como espacio de utopía
 ??  ?? NOSTALGIA.
El documental arranca por el final. Sisa, a quien habían prohibido cantar, improvisa una interpreta­ción de ‘El setè cel’. Son las bellas cenizas de la utopía
NOSTALGIA. El documental arranca por el final. Sisa, a quien habían prohibido cantar, improvisa una interpreta­ción de ‘El setè cel’. Son las bellas cenizas de la utopía
 ??  ?? EXCESO.
Regresado de su etapa en Formentera, Pau Riba mostró esa madrugada el peligro del exceso. La experiment­ación podía convertirs­e en fracaso artístico
EXCESO. Regresado de su etapa en Formentera, Pau Riba mostró esa madrugada el peligro del exceso. La experiment­ación podía convertirs­e en fracaso artístico
 ??  ?? CARNAVAL.
Más raíces, más fusión. El grupo de rock progresivo Companyia Elèctrica Dharma, que fundía el jazz con música tradiciona­l catalana, compartía escenario con Els Comediants
CARNAVAL. Más raíces, más fusión. El grupo de rock progresivo Companyia Elèctrica Dharma, que fundía el jazz con música tradiciona­l catalana, compartía escenario con Els Comediants
 ??  ?? SIN BARRERAS.
La actuación de Lole y Manuel en un festival de rock como el de Canet muestra cómo el espíritu de libertad, fondeado en las raíces, podía buscarse también en el flamenco
SIN BARRERAS. La actuación de Lole y Manuel en un festival de rock como el de Canet muestra cómo el espíritu de libertad, fondeado en las raíces, podía buscarse también en el flamenco

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