Encuentro con Carles Casajuana
Encuentro con Carles Casajuana Reconstruye en su nueva novela el retorno del poeta a Catalunya, en 1970, tras años de exilio y las guerras culturales que se libraron en torno a su figura. Hablamos con el escritor y diplomático
La variada trayectoria de un novelista-diplomático
Cada vez que en alguna investigación surge alguna duda relacionada con el mundo diplomático, me pongo en contacto con Carles Casajuana. Es un privilegio tener cerca a alguien que sabe tantas cosas de lo que los demás sabemos tan poco. De esta manera se estableció una relación de simpatía, reforzada por el hecho de que Casata juana escribe unas novelas que están muy bien, llenas de interés sobre temas actuales, lo mismo si transcurren en Lima o en el Born, en Kuala Lum puro en la Bar celo ne ta. Le invité a visitar la exposición Espriu yme sorprendió su rapidez mental. Cuando iba a explicarle que en aquella pared había unas cartas que mostraban la relación de Espriu con otras patums,
él ya se había percatado y me lo explicaba a mí. Esta inteligencia se refleja en su físico: un cuerpo delgado, sarmentoso, modelado para resistir muchas horas de despacho, y una cabeza con una frente despejada, que parece un faro.
Ahora ha escrito Retorn, una novela sobre la estancia de Josep Carner en Catalunya, en 1970. El protagonis- es un joven de veinte años al que contratan para acompañar a Carner y a Émilie Noulet. Figura clave del sistemaculturaldePratdelaRiba,poeta civilizado y gran periodista, fue uno de los cincuenta diplomáticos que se comprometieron con la República durante la Guerra Civil. No había pisado Barcelona desde los años treinta, había vivido exiliado en México y en Bélgica. Era un mito y un símbolo.
En la novela aparecen como personajes Marià y Albert Manent, el señor Cendrós y los patriarcas de Òmnium, Pere Calders o el periodista Manuel del Arco, retratados de una manera muy verosímil. “No conocí a ninguno de ellos. Lo he sacado todo de la correspondencia, de libros. Después, sobre eso, tienes que inventar. Que Carner chochee, pero que tenga salidas brillantes. Porque, claro, no puede ser ridículo, tiene que seguir siendo Carner”. El retorno de Carner fue polémico. Algunos le echaban en cara que con su gesto legitimaba el franquismo. Otros criticaban, cincuenta años después, su partida como diplomático español. Estaba espeso, le costaba seguir las conversaciones y