Dan Brown y el doble reloj
Iconología española para lectores globales
Entre los grandes superventas del siglo XXI que han creado tendencia en el mundo del libro global hay tres categorías: los buenos (J.K. Rowling, Stieg Larsson, Carlos Ruiz Zafón), los medianos (Paula Hawking) y los malos (E.L. James. la de las sombras de
Grey). Ha habido mucho debate sobre a qué categoría corresponde Dan Brown (Exeter, 1964), pero para mí figura con lugar de honor en la primera. La de aquellos autores que han llegado a millones de lectores con un relato personal y genuino y han sido capaces de crear un nuevo universo simbólico.
Lo que aporta Brown no es obviamente una prosa esmerada ni un cuidadoso dibujo de psicologías. Su mérito radica en una visión paranoica de la sociedad, aliñada con distintas disciplinas culturales (la simbología, la historia de las religiones, la historia del arte) pasadas por el túrmix divulgativo con eficacia y sin manías.
El escritor de Nuevo Hampshire maneja con garbo lo que los americanos llaman el “big subject”, un tema
importante, como para Michael Crichton fueron los dinosaurios y para el joven John Grisham la corrupción de la abogacía. En El código Da
Vinci se trataba nada menos que del linaje de Cristo; en El símbolo perdido, la masonería; en Inferno, la explosión demográfica... siempre desplegados en forma de suspense, durante un periodo de tiempo breve y acotado.
En Origen, Brown brinda su obra más lograda desde El código Da Vinci (El símbolo perdido era aburrida e Inferno un tanto siniestra y confusa). El big subject resulta, en este caso, doble: por un lado, la cuestión del origen de la humanidad, a partir de los descubrimientos de la física. Por otro lado, el auge de la inteligencia artificial, tema en boga que ya le resolvió a David Lagencratz, continuador de Stieg Larsson, el cuarto volumen de la serie Millennium.
La nueva novela transcurre íntegramente en España, país donde Brown vivió como estudiante y al que se ha trasladado en varias ocasiones en los últimos años, y donde ha contado con un nutrido grupo de documentalistas y la plana mayor del grupo Planeta para ayudarle en sus ambientaciones (a Jesús Badenes le agradece que le enseñara a hacer paellas; la agente literaria Mònica Martín da nombre a un personaje). Como siempre, protagoniza el profesor de Harvard Robert Langdon, al que ya resulta imposible no ponerle la cara de Tom Hanks. Reclutado por un viejo amigo, magnate visionario en la línea de Elon Musk, Langdon se ve obligado a realizar una investigación que sigue la teoría del “doble reloj” enunciada hace tiempo por Ken Follett: el protagonista debe moverse contra una doble cuenta atrás, una que amenaza a la comunidad y otra que le afecta personalmente.
A lo largo del libro se plantean los inevitables cambios de rumbo que propician la dosificación del suspense; nada es lo que parece y, desde el punto de vista político, lo que arranca casi como una obra antisistema (por lo que se refiere al sistema institucional español) acaba constituyendo una amable propuesta reformista. En suma, un Dan Brown consistente, entretenido, y que plantea de forma ágil cuestiones relevantes. Muy recomendable (excepto para lectores sin sentidodelhumor).
Dan Brown Origen
PLANETA/COLUMNA. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: A. MONTOTO Y C. CONDE / AL CATALÁN: E. ROIG. 608 PÁGINAS. 22,50 EUROS
Nada es lo que parece, ni siquiera en las referencias políticas, y los cambios de rumbo propician el suspense