Internacionalización
Los primeros gobiernos socialistas de nuestra democracia promovieron un importante cambio en el cine español, con un impulso renovador que, sin embargo, no estuvo exento de contradicciones. Un volumen sobre este periodo y otro centrado en la figura señera
Garci, Eloy de la Iglesia, Imanol Uribe, Pedro Almodóvar, Bigas Luna, o los componentes de la nueva comedia como Fernando Colomo, Fernando Trueba o Emilio Martínez Lázaro) conviven entre sí y encuentran un hábitat más confortable para rodar. Sin embargo, si los primeros dan a veces la sensación de haber dado ya lo mejor de sí mismos y haber perdido algo de audacia, los segundos se consolidan profesionalmente, aunque, en algunos casos, también extravían parte de su espontaneidad inicial.
En los años noventa entra en escena una generación más joven (los Medem, Bajo Ulloa, Amenábar, Coixet, Aunque no siempre con éxito, el cine español de esta etapa persigue la expansión. Los Oscars logrados por
(1982), de José Luis Garci, y (1992), de Fernando Trueba, reconocieron a dos cineastas cinéfilos, pero de distinta tonalidad. El primero, gran cronista de la transición que luego derivaría hacia el melodrama añejo. El segundo, adalid de la nueva comedia madrileña. Bollaín…) dotada de un gran talento visual, pero propensa asimismo a caer en el mal endémico del cine español: la dificultad para conectar con la realidad. Un diálogo con lo real que resolverán mejor los trabajos documentales que en esos años llevan a cabo cineastas como José Luis Guerin, Víctor Erice o Joaquim Jordà, quienes siembran la semilla del futuro auge del denominado documental de creación.
El libro incide en todas estas cuestiones de una manera ponderada, sin juicios extremos, convirtiéndose, así, en una idónea obra de consulta para todos los interesados en su temática.