S.O.S. Barcelona
Muy mala noticia la ruptura del pacto de gobierno entre comunes y PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. Por su fondo y por las formas (“una consulta sobre un pacto de gobierno en el que el gobierno ‘no tiene opinión’ pero no para de enviar mensajes contra los aliados es un paripé demagógico promovido por gente que no se atreve a asumir sus decisiones”, en palabras del nada sospechoso Lluís Rabell). Con la ciudad en horas bajas ante el RIP anunciado –ojalá me equivoque– a la Agencia Europa del Medicamento, y con centenares de empresas cambiando de domicilio social, el momento parecía prestarse a reforzar consensos más que a dinamitarlos.
Desde el punto de vista de la cultura, la situación nos retrotrae un año y medio. Ada Colau accede a la alcaldía en mayo del 2015. Durante doce meses, el tema cultural queda en stand by, genéricamente asignado al área del teniente de alcalde Jaume Asens, quien se ve desbordado (según propia confesión) por sus múltiples ocupaciones. La gestión directa no se pone en manos de un regidor como era usual, sino que se nombra a una comisionada (Berta Sureda, hoy en el Consell de Mallorca). Transcurre un periodo en el que no se toman grandes decisiones y se marcan distancias frente al “elitismo” de instituciones como el Liceu. La prioridad, se nos dice, es lo social. Cunden los nervios en el sector.
En mayo del 2016 se firma el acuerdo Comuns-PSC y una de las prioridades del nuevo equipo es, afortunadamente, la cultural, entroncando con la probada vocación del partido de Iceta en la política municipal barcelonesa y catalana (no aplicarla en la autonómica fue el gran error de Montilla). En línea con los postulados de la Unesco, la cultura se entiende como signo identitario y humanístico, y a la vez como instrumento de empuje económico y transformación urbana. Jaume Collboni asume con ganas el área y nombra asesor a Xavier Marcé pese a la contestación de algún sector. Cuentan con la profesionalidad de los gestores del Institut de Cultura de Barcelona.
Los ejes por los que ha apostado el tándem Collboni/ Marcé son la política del libro, con medidas de apoyo al sector y la creación, ya aprobada, de una Casa de las Letras. El audiovisual, con el proyecto de un mercado de derechos para cine y TV. La proximidad, con la ampliación de la oferta cultural en los distritos. Las industrias creativas, consolidando el eje de la calle Pere IV, con una fábrica de creación en marcha y tres en perspectiva. La colaboración programática entre ayuntamientos del área metropolitana, que tiene como primer resultado un festival de danza. Y la reconfiguración de los museos barceloneses y del Disseny Hub...
La breve etapa Collboni/Marcé ha podido dejar establecidas unas cuantas líneas de actuación serias frente a los retos de la ciudad. Veremos si sus sucesores las mantienen o bien volvemos al stand by cultural.
La breve etapa Collboni/Marcé ha dejado líneas serias de actuación. Veremos si ahora se mantienen