Piezas literarias ultrarrefinadas
Hemos reservado este despiece para recomendar cuatro títulos
en los que se da la aleación de buena literatura y edición exquisita. El primero es un poemario muy completo y representativo de Emily Dickinson,
(Proa), que incluye 208 piezas de las casi 1.800 que llegó a escribir en su retirada vida en Amherst. Disponíamos de traducciones puntuales a cargo de Agustí Bartra y Marià Manent, pero la que ha acometido Marcel Riera es la más sistematizada y diversa, y nos acerca a una autora norteamericana singularísima que el crítico Harold Bloom sitúa sólo un peldaño por debajo de Shakespeare.
Otro tomo apetecible es
de Atalanta. Jaime Rosal y Jacobo Siruela han antologado textos varios de los
franceses e ingleses surgidos en el último tercio del siglo XIX, desde Baudelaire, Gautier, Barbey, Huysmans o Moreas a Wilde, Beerbohm o Crowley. Los prefacios de Rosal y Siruela constituyen por añadidura todo un tratado sobre esta corriente literaria ultrarrefinada y esteticista.
La tercera apuesta es el
de Orhan Pamuk (Literatura Radom House). A once años de su publicación, se ha lanzado una edición ampliada y preciosa, con 250 imágenes más de una metrópolis única que Pamuk ha redefinido con recuerdos e itinerarios llenos de nostalgia y romanticismo.
Por último otro muy bello volumen literario es el
de Jack London (Reino de Cordelia) al que seguirán más adelante otros dos. Susana Carral se ha encargado eficazmente de la traducción, y de momento en este primer tomo nos las tenemos con 87 relatos aparecidos entre 1893 y 1907, en los que se reflejan las experiencias de London cuando se embarcó en una goleta rumbo a Japón, y su posterior búsqueda de oro en Alaska.