Las cosas del señor Mujeres
Todo empezó con una broma entre universitarios: el alumbramiento del ficticio señor Mujeres. Interpretado por Pol Rodellar, este sujeto ejercía de guionista y de supuesto teórico del cine. Una burla dirigida a la aristocracia intelectual, un alter ego que cobró vida en la Escac y en las fiestas a las que Rodellar y sus amigos de la carrera (Yago, Martí y Martín) acudían en aquellos años. “Hola, soy el señor Mujeres” quedó registrada en la memoria de estos cuatro compañeros de rodaje como la introducción definitiva para encarar la siempre desafiante tarea de conocer chicas.
Tiempo después, justo antes de la actuación de Black Lips en el Primavera Sound del 2007, Yago Alcover (futuro vocalista y guitarrista de la banda) dio el pistoletazo de salida a la trayectoria de un grupo destinado a convertirse en una de la grandes joyas del underground español: “¡Nos vamos a llamar Mujeres!”, exclamó. Todos estuvieron de acuerdo. La idea de formar una banda de garage rock ya estaba sobre la mesa, impulsada sobretodo porPol( bajista) yMartí(guit arraso lista ), pero fue en aquel momento de excitación que esta se materializó. Así, nació un proyecto que acaba de cumplir diez años de supervivencia.
Para celebrar tal hazaña, tienen prevista una fiesta en la sala Apolo de Barcelona, el 19 de enero, y otra en la sala Joy Eslava de Madrid, el 9 de febrero. Ambos conciertos darán inicio a la gira de presentación de su cuarto LP, Un sentimiento importante, uno de los lanzamientos más emocionantes que nos ha regalado este final de año, el cual presentamos en estas páginas acompañado de otros seis tesoros estatales. Un compendio de propuestas que, más que sonar parecidas, comparten ese regusto a plato cocinado en casa y maridado con cerveza de lata que define el espíritu de lo que al mundo mainstream le gusta llamar alternativo o indie, si es que alguien sigue usando esa palabra.
“Aunque nunca nos planteamos cuánto duraría el grupo, confiábamos en él por el auge del garage”, nos reconocen en entrevista Yago y Pol, sentados frente a un par de cañas en la Bodega Monumental de la calle Marina de Barcelona. Mujeres entró en el panorama musical español derrochando energía, coros pegadizos y un directo arrollador que pronto generó una pequeña pero fiel legión de seguidores. Black Lips, Thee Oh Sees, Jay Reatard, Parquet Courts y el sonido del power pop setentero han sido citados como algunas de sus influencias. Después de una década, conservan claras dichas referencias, pero podemos decir que han avanzado lo suficiente como para sonar a ellos mismos.
Para escuchar Un sentimiento importante es esencial tener presentes dos cosas. La primera, que se trata del primer trabajo que el grupo afronta como trío. Tras la salida de tres baterías (Martín, Arnau y Aitor) y la crítica retirada de Martí hace año y medio, Pol y Yago se encontraron solos y con muchas dudas. Finalmente, apostaron por recuperar como batería a Arnau, que vive en Bilbao, y renunciaron a buscar otro guitarra. “En su momento nos parecía una locura tener a un miembro lejos, pero ahora hemos encontrado nuestra fórmula”, explican. “Tras diez años constru-
Ahora cantan en castellano: “Un idioma que todos entiendan, y no en inglés esperando no sé qué”
yendo algo que nos ha dado tanto, pensamos que el grupo merecía un respeto como entidad y decidimos esforzarnos por mantenerlo vivo”.
La segunda cosa a tener en cuenta es que se trata de su primer álbum íntegramente en castellano. Las razones de este cambio se remontan a la gira de su anterior disco, Marathon (Canada, 2015). “Aquel fue un disco de superación. Partía de una situación negativa: habernos quedado a las puertas de Estados Unidos con una gira planeada”, nos cuentan, rememorando aquella vez que los agentes de control de extranjería los rechazaron al ver que traían instrumentos pero no visado de artista. “Eso acarreó problemas de dinero y provocó que giráramos mucho más por España. Nos pateamos la Península y encontramos a nuestro público. Aquí nos quieren y nos tratan bien, así que vamos a cantar en un idioma que todos entiendan y no en inglés esperando no sé qué”.
Imágenes sobre el territorio –sin debates políticos–, una década de experiencias, sacrificio y optimismo. Una bonita nostalgia. Eso respira este disco, quizá el más redondo que han presentado, de la portada al orden de las canciones. “No queríamos vivir del pasado, sino entender todo lo que nos ha ocurrido para definir quiénes somos”, aseguran, antes de pasar a enumerar una lista inacabable de recuerdos. Memorias positivas, como el éxtasis de tocar lejos de casa o en el Primavera Sound. Y memorias negativas, como cuando compaginar trabajo, pareja y banda parecía imposible. O como cuando, tras volver de una gira lejana, les entraba la depresión y pensaban: “Hostia, la vida”.
Ya hacia el final de la entrevista, salen a relucir pequeños placeres culposos que han aprendido a apreciar el uno en el otro. El gusto por jugar a pádel y comer como un pijo de Yago, o la afición de Pol por la bachata, por no hablar de cuando usa los mismos calzoncillos dos días seguidos. “¿Para qué cambiarme si no voy a follar igualmente?”, bromea. “La asunción de la derrota”, suspira Yago. Habrá quetraerdevueltaalseñorMujeres.