Humanismo europeo Rob Riemen reivindica la "nobleza de espiritu"
El ensayista holandés Rob Riemen, cuyo último libro acaba de aparecer en castellano y catalán, considera que recuperar los ideales del humanismo europeo nos reconcilia con las ideas de belleza, justicia y verdad
Rob Riemen (Países Bajos, 1962) ha conseguido un gran éxito editorial con Nobleza de espíritu, una idea olvidada, título traducido a una veintena de idiomas que defiende que la esencia de un mundo civilizado radica en los valores del humanismo. El creador del Nexus Instituut, situado en Tilburg, considera que no podemos renunciar ni a la complejidad ni a la profundidad para interpretar la actualidad, y eso es lo que ha desarrollado, también, en su nuevo libro, Para combatir esta era, donde alerta de los peligros que hoy acechan a las democracias liberales.
“Riemen cree firmemente en la luz aun antes de que despunte el alba”, afirma George Steiner. Lo cierto es que la cultura, lo vimos en el nazismo, no es suficiente para protegernos de la barbarie. ¿Hemos confundido erudición con pensamiento crítico? La nobleza de espíritu encarna, según el ensayista, la dignidad humana. Se trata de un concepto, universalista, en el que libertad y justicia van, inexorablemente, de la mano. Existe la verdad, sí, pero eso no significaque nadie tenga el monopolio del saber. La vida es más una búsqueda que una conquista.
Las tesis de Rob Riemen están expuestas a través de una forma de narrar que tiene que ver más con la crónica que con el academicismo. Nos acerca a sus ideas a través de personajes, de anécdotas que iluminan un todo, de lecturas comparadas, de conversaciones atemporales. “Escribo sobre la traición de los intelectuales pero también sobre lo que la poesía y las artes pueden ofrecernos”, nos dice desde Estados Unidos.
Poesía y verdad
La biblioteca de Riemen se convierte en una brújula para él. Releyendo Poesía y verdad, de Goethe, se topa con una carta del humanista alemán Ulrich von Hutten que parece hablarle directamente. El texto, de 1518, reflexiona sobre la idea de nobleza, y argumenta que es una condición que ha de ganarse por mérito propio, aún cuando se pertenezca por nacimiento a una familia aristocrática. “La verdadera nobleza es la del espíritu”, parece decirle, literalmente, Von Hutten al autor holandés.
Algo parecido le pasa cuando lee el Tratado de la reforma del entendimiento, de Spinoza. Allí su compatriota le advierte de que el verdadero pensamiento requiere independencia. “La razón humana es el máximo don del hombre. A través del pensamiento propio y de la comprensión cualquiera puede conocer lo eterno y lo verdaderamente bueno para luego vivir en consecuencia”, dice Riemen, quien defiende que la nobleza de espíritu no está reservada para unos pocos, sino que es un ideal de excelencia al que todos pueden acceder con voluntad y esfuerzo.
Apartirdesuslecturas,ydelosdebates que convoca desde el Nexus Instituut, Rob Riemen va articulando su discurso. Un alegato a favor de una vida consciente que aspira a la totalidad. “La existencia humana no puede ser ni exclusivamente espiritual ni exclusivamente sensual, ni tampoco debe centrarse únicamente en lo metafísico o lo social”, asevera. El humanista, pues, es aquel que no se conforma con una única parte del conocimiento. También la en-