LA GRAN SEMANA DEL ARTE EN MADRID
Arco y otras ferias brindan un panorama de obras y tendencias
No sólo Arco. Las ferias de arte que se celebran durante la que ya se denomina la Semana del Arte en Madrid se han multiplicado en los últimos años. Precisamente cuando la crisis económica arreciaba y muchos se preguntaban si alguien más hacía negocio, aparte de los organizadores, en un flaco mercado del arte. Ahora que se habla de recuperación, sería de esperar que también galeristas y artistas reciban los frutos de tantos esfuerzos. ¿Son tan halagüeñas las expectativas? No, si atendemos a clientes institucionales. Museos y centros de arte siguen sin recuperar sus presupuestos, mientras son apremiados a justificar su existencia con actividades y destinar partidas a infraestructuras para reparar el paso de los años. En el tercer sector de fundaciones parece que vuelve a haber vida, pero cada vez más son reclamadas en el ámbito de la asistencia social. Quizás con los clientes particulares sí haya más oportunidades, tras los encuentros, cursos y todo tipo de actividades sobre coleccionismo que se vienen celebrando en los últimos años.
En todo caso, la Semana del Arte en Madrid se ha convertido en el gran escaparate: si no vas, no existes, sea cual sea el nivel de negocio. Como auténtico foro, los profesionales del sector intercambian valiosa información. Y por muy periférico que se sea, para galerías y artistas es la oportunidad de mostrar el trabajo que nunca sale en los papeles ni en otros medios de alcance estatal. En el peor de los casos, quedan los contactos también a nivel internacional. Pues si algo caracteriza a todas estas ferias es la participación de galerías procedentes al menos de Europa y Latinoamérica, región privilegiada en Arco, que acapara un tercio del 67% de las galerías extranjeras; 160 galerías integran el programa general.
Sin embargo, rompiendo la tradición, en esta edición Arco no tendrá
un país o ciudad invitada. El programa de foco geográfico ha sido sustituido por otro temático, El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a
hacer, comisariado por Chus Martínez, Rosa Lleó y Elise Lammer, que contará con la participación de veinte galerías y artistas que trataron el tema en el pasado, como Salvador Dalí o Július Koller, visiones distópicas con Lili Reynaud Dewar y Maryam Jafri, y planteando un marco para abordar el arte del mañana con creadores como Teresa Solar Abboud o Eva Fábregas. Toda una declaración de principios para consolidar el giro de Arco en los últimos años hacia el arte
emergente. Por eso, pese a la importante participación de galerías tan destacadas como Alexander and Bonin, Barbara Thumm, Chantal Crousel, Hauser & Wirth o Michel Rein, cada año en la feria es más escasa la obra de clásicos contemporáneos.
En contraste con el ya tradicional programa Opening, que redunda en lo mismo, con galerías con una trayectoria de un máximo de siete años, recomendamos la sección Diálogos, comisariada por María de Corral, Lorena Martínez de Corral y Catalina Lozano: un remanso de paz para el disfrute de la experiencia estética, explorando toda suerte de posibilidades formales en catorce galerías internacionales, con obra de artistas como Carlos Garaicoa y Juan Araujo en Luisa Strina; Armando Andrade Tudela y Tamar Guimaraes en Fortes d’Aloia & Gabriel; Ryan McGinley y Tabor Robak en Team; Emilly Wardill y Laure Prouvost en Carlier Gebauer; o Latifa Echakhch y David Maljkovic en Dvir. Una sección, además, con participación de artistas cuidadosamente paritaria, aunque este no haya sido su objetivo pero que conecta con el reciente cambio en la sensibilidad social.
Varias ferias han ofrecido notas de prensa detallando la participación femenina. De hecho, en la presente edición JustMad –la primera que hace nueve años esgrimió la banderola de
arte emergente– se anuncia como la feria que cuenta “con más mujeres que hombres entre el número total de artistas representados por sus galerías”. Sus nuevos directores, Semiramis González y Daniel Silvo, han declarado que “estamos notando un cambio en la mentalidad de los programadores, que son cada vez más conscientes de que urge, por el bien de nuestras sociedades, una mayor presencia femenina en todos los ámbitos de la cultura y las artes”. Y
Se han convertido en un foro para compartir información y en un escaparate para artistas y galeristas: si no vas, no existes, sea cual sea el nivel