Las nuevas voces del feminismo
Análisis innovadores de Mary Beard, Laura Bates o Virginie Despentes
Algo se está moviendo. Entre las novedades de cualquier librería es fácil encontrar últimamente algún ensayo feminista. También en librerías, carteleras de cine o centros de arte, la presencia de obras firmadas por mujeres ha dejado de ser algo atípico y su trabajo empieza a ser recibido no como una excepcionalidad o como una obra femenina, sino como la obra de una autora, mujer, sí, e imbricándose en el discurso general. Y si la cultura, además de construirnos, la construimos nosotros, ¿cómo no habría de cambiarla el hecho de que el discurso público esté empezando a poblarse de voces de mujeres? Porque la cosa va de voces, como señalan Mary Beard y algunas otras autoras
Temas como el sexismo, la maternidad, la misoginia, el género, el patriarcado... analizados por mujeres desde perspectivas diversas, como la política, la cultura, la educación, la estética... Estas son algunas de las voces que más recientemente se han hecho oír.
Laura Bates Misoginia moderna
De una generación posterior a Mary Beard, la autora de Sexismo cotidiano ha trasladado al papel una experiencia que arrancó en 2012, cuando creó la web Everyday Se- xism Project, donde la gente podía compartir sus experiencias de machismo diario. Tres años después de su creación, el proyecto de Laura Bates (Oxford, 1986) había superado las 100.000 entradas, convirtiéndose en un acontecimiento viral y un gran compendio de la misoginia moderna. Lo que en Beard es un análisis de nuestra tradición literaria en clave de género, en Bates es un examen de la comunicación contemporánea desde esa perspectiva, que le sirve para poner en contexto los relatos que le han hecho llegar mujeres de todo el mundo, edad y condición y dan cuenta de un machismo perfectamente instalado y normalizado en nuestra cultura.
El trabajo de esta escritora que anteriormente ejerció de niñera y actriz no pretende erigirse en análisis cuantitativo o en prueba fiscal, pero no hay duda de su interés cualitativo y de la cantidad de datos útiles de los que ha hecho acopio. Su mayor valor reside sin embargo en dos aspectos. Primero, en llamar la atención de manera fehaciente sobre el hecho de que no por normalizado, el machismo haya desaparecido de nuestro entorno. Por el contrario, más allá de los abusos graves y lacerantes, nuestra vida cotidiana está llena de un sexismo que, por normalizado, opera de manera silenciosa, conformándonos y haciéndonos conformar. Segundo, al crear un espacio de co-