La Vanguardia - Culturas

Un montaje sobre el miedo

Albert Pla estrena en Buenos Aires

- ROBERT MUR

La primera vez que uno ve ‘Miedo’ siente miedo, la segunda se ríe: el sarcasmo vence al susto

Sábado noche en Palermo Soho, el barrio más cool de Buenos Aires. Una larga fila de jóvenes espera para entrar en un bar de moda sin dar demasiada importanci­a al hecho de que sobre sus cabezas, pintado en la pared del boliche, emerja un grafiti con el rostro cadavérico de Albert Pla, con ojos bien abiertos, bajo la palabra

miedo. Pla es desde hace años un artista de culto en el Cono Sur, como lo demuestra que sin apenas promoción, con sólo unos cuantos grafitis en las calles, haya llenado de Miedo el teatro Regio a lo largo de 18 funciones entre los veraniegos meses de enero y marzo. Estrenada en la capital argentina gracias a una coproducci­ón con el municipal Complejo Teatral de Buenos Aires, el último espectácul­o del cantante de Sabadell llegó esta semana al Nuevo Apolo de Madrid, antes de su presentaci­ón en el Grec.

Pero el reciente éxito porteño de público y crítica de Pla tiene dos explicacio­nes añadidas a la legión de seguidores que ostenta sobre todo en Argentina, Chile y Uruguay, así como en Colombia y México. Una explicació­n se llama Mondongo; la otra, psicoanáli­sis. Mondongo, adaptación local de los callos, es también el nombre de uno de los colectivos artísticos argentinos más internacio­nales. Formado por la pareja artística y sentimenta­l Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, sus obras rebosan la misma irreverenc­ia lúdica, inmunda, orgánica y mordaz que emanan las letras de Pla. Los cuadros de Mondongo están en coleccione­s privadas y museos de Nueva York, Los Ángeles, Madrid u Oriente Medio, y ahora también en la caja escénica donde Pla se mueve casi como un holograma gracias a los efectos visuales y el mapping creados por Nueveojos, estudio barcelonés que trabaja habitualme­nte en los espectácul­os del cantante.

Buenos Aires es, con Nueva York, una de las capitales mundiales del psicoanáli­sis. La concentrac­ión de psicólogos por metro cuadrado hizo que el boca a oreja entre estos profesiona­les funcionara como resorte lacaniano al llegar a sus oídos que un artista catalán trabajaba con uno de sus elementos de análisis más frecuente. “La obra habla de unos cuantos miedos, unos 3.850”, dice Pla a Cultura/s en la puerta del Regio, tras una de las representa­ciones. “Estamos encantados con tantas funciones”, añade, sin dar importanci­a al interés que ha generado en los psicólogos, justo cuando una psicoanali­sta interrumpe la conversaci­ón para felicitarl­e.

La primera vez que uno ve Miedo siente miedo. La segunda se ríe. El sarcasmo vence al susto. “Si dejas de cantar te morirás” es sólo una de las frases que usa el músico y actor para hacer reflexiona­r al espectador sobre la paralizaci­ón vital a la que nos llevan nuestros temores. Desde los más profundos, como la muerte, a los más infantiles pero tan freudianos, como esa niña que tiene miedo hasta de su muñeca. “No quiero ir al parque porque hay un niño grande que matará a mis padres”, recita. La infancia configura la personalid­ad, la mente. Nuestras angustias. Y por eso Pla destroza la infancia, la ridiculiza y hace que miremos al payaso de circo como a un ser perverso; al Ratoncito Pérez como a una rata asquerosa que se mete bajo la almohada de los niños; y a los Reyes Magos como tres acosadores a los que “no veías nunca pero que sabían todo lo que hacías”.

Sobre el escenario, la luz da paso a la oscuridad y las imágenes de felicidad a escabrosas fotos y secuencias subliminal­es. Pero el humor siempre gana. Cuando finalmente un chico es abandonado por sus padres en medio de la guerra, el niño soldado del siglo XXI echa mano de las redes sociales: “Mataremos a los niños y lo subiremos a YouTube, seremos estrellas”.

“Me da miedo que la gente que me quiere me diga que ya no me quiere”, entona el artista. Temor a la soledad, al amor y al desamor. Y acto seguido cambia de tercio: el miedo al poder y los mitos. “Me dan miedo los museos de arte contemporá­neo”, dice Pla haciendore­íralpúblic­omientrasa­parecen Evita, el Che Guevara o el famoso cuadro del rey Juan Carlos que la Casa Real encargó a Mondongo hace años, una obra que convirtier­on subreptici­amente en una crítica a la colonizaci­ón española al realizarla con vidrios cual espejitos de colores. “Estos sí que dan miedo”, sostiene Pla.

“Más que preocupart­e de tu mierda de muerte, empezaría a preocuparm­e de tu mierda de vida”, reflexiona el artista antes de concluir que “nada da más miedo que estar vivo”. “Y, por cierto, ¿hasta cuándo estaré vivo?”. |

 ??  ??
 ?? MIREIA SEGARRA / EFE ?? Arriba y a la derecha, Albert Pla durante las representa­ciones de ‘Miedo’ en el teatro Regio de Buenos Aires donde se ha estrenado la obra
MIREIA SEGARRA / EFE Arriba y a la derecha, Albert Pla durante las representa­ciones de ‘Miedo’ en el teatro Regio de Buenos Aires donde se ha estrenado la obra

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain