UN PASADO CON FUTURO
llery fue la primera exposición centrada en la historia de las selfies, y la retrospectiva de uno de los artistas ingleses más influyentes, David Hockney, en la Tate Britain fue la exposición más popular. Haciendo gala de pluralidad, otras muestras de gran afluencia fueron el Expresionismo Abstracto en la Royal Academy of Arts; Caravaggio en la National Gallery; Giacometti en la Tate Modern, o Hokusai en el British Museum, entre otras. Este año, The Barbican ofreció la primera macroexposición dedicada a Basquiat y actualmente bucea en la fotografía de aquellos en los márgenes en
Museos consolidados y museos que gozan de una nueva salud tras reformas, como The Design Museum, con nuevo emplazamiento en Kensington, o la Hayward Gallery, en South Bank. Sin olvidar las joyas regionales como la renovada Tate St. Ives, el impresionante The Hepworth Wakefield o The Whitworth en Manchester.
Si bien los museos británicos gozan de buena salud, las políticas de austeridad de los últimos años han reducido su financiación pública. Así, entre los retos de futuro, se vislumbra cada vez más la necesidad de colaboraciones con patrocinadores privados para sufragar costes y mantener la calidad. Además, los centros de hoy quieren sobre todo potenciar las conexiones (con otros museos, con los visitantes, en redes sociales…), seguir trabajando en programas educativos y escolares y adoptar cada vez más una mirada interdisciplinar que incluya a las nuevas tecnologías para seguir a la vanguardia mundial. Si hasta ahora una de las misiones de los museos ha sido la preservación, centrada en el pasado y en el presente, ahora también tienen que dar un paso para situarse en el futuro. Y sus problemas.