A todo color
La aventura cromática del fotógrafo Saul Leiter
La obra fotográfica de Saul Leiter realizada en Nueva York en torno a los años cincuenta ha sido rescatada del olvido recientemente. El público del siglo XXI le reconoce como un pionero de la fotografía en color. Foto Colectania le dedica una muestra retrospectiva
El reciente redescubrimiento de Saul Leiter confirma que la verdadera historia de la fotografía todavía está por hacer. Y no sólo porque todavía son desconocidos internacionalmente bastantes fotógrafos excelentes de países sin un mercado artístico importante. Lo que ha sucedido con Leiter significa que incluso un fotógrafo que en los años cincuenta expuso más de una vez en el MoMA de Nueva York y publicó en revistas como Harper’s Bazaar o Life puede caer en el olvido durante casi medio siglo.
Creo que quien tenga un cierto conocimiento de la historia del arte y de la fotografía y mire el libro All about
Saul Leiter, recién publicado por RM, o visite la exposición retrospectiva
Saul Leiter: In search of beauty, que le dedica Foto Colectania, entenderá en pocos minutos que Leiter (Pittsburgh, 1923-Nueva York, 2013) es uno de los grandes, al mismo nivel que Kertész, Brassaï, Cartier-Bresson o que otros fotógrafos menos conocidos, como Harry Callahan. Especialmente su obra en color realizada entre 1948 y 1960 es extraordinaria y constituye quizá el primer ejemplo claro, en la historia de la fotografía, de un empleo del color plenamente consciente, sutil y certero. Como quería para el cine –y no logró realizar– el director Carl Th. Dreyer.
El rescate del olvido se produjo a partir del año 2006, cuando Leiter pudo publicar su primer y tardío libro Early color, en la prestigiosa editorial Steidl. El comisario de la actual exposición, Roger Szmulewicz, relata que antes de esa publicación él había presentado muestras de Leiter y que no tuvieron éxito. Pero desde entonces todo ha sido un éxito tras otro. El público del siglo XXI disfruta contemplando esas fotografías callejeras de Nueva York tomadas en los años cincuenta del siglo pasado, imágenes a la vez abstractas, expresionistas y pop, inmediatas y sutiles, realistas y fluidas o casi etéreas, como una ensoñación a la vuelta de la esquina o a través de un cristal. Leiter era un pintor que hizo sus mejores pinturas mediante la fotografía. Y no es que copiase a Rothko o a Motherwell: es que, en los mismos años que ellos, hacía fotografías equivalente sal mejor expresionismo abstracto pictórico. Se anticipó además al arte pop y a Gerhard Richter, entre otros. Pero su fotografía no era neopictorialista.
El error del pictorialismo es que pretende imitar a la pintura (al principio impresionista, más tarde de otros estilos). En cambio, Leiter logró componer imágenes radicalmente fotográficas con la ambición
propia del mejor músico o pintor y supo captar vislumbres de belleza empleando los elementos expresivos propios de la fotografía. Entre ellos los encuadres y subencuadres fragmentarios, el equilibrio o desequilibrio de las formas y los tonos, la profundidad de campo, el enfoque o des enfoque, la densidad de color y la distorsión por sobreexposición o por movimiento. Por eso el alcance de su obra va más allá del de una simple instantánea de street photography.
Saul Leiter era como un poeta desordenado. Dedicó su vida a hacer fotos, casi todas en su barrio, pero no se dedicó a editarlas y difundirlas debidamente. Hasta que llegó una especie de ángel organizador llamado Margit Erb, directora de la Fundación Saul Leiter, que ha colaborado con Foto Colectania en esta espléndida muestra.
Saul Leiter. In search of beauty
COMISARIO: ROGER SZMULEWICZ. FUNDACIÓN FOTO COLECTANIA. BARCELONA. WWW.FOTOCOLECTANIA.ORG. HASTA EL 21 DE OCTUBRE