‘Also starring’: Barack y Michelle Obama
Hasta ahora un hito importante en la carrera de un expresidente estadounidense era cobrar un adelanto editorial desmesurado (casi nunca resultan rentables para las editoriales) por unas memorias y entregarse después al circuito de las conferencias milmillonarias. Barack Obama y su esposa, Michelle, cuyo star power es aún mayor que el de su marido, han cumplido con esos requisitos pero sin duda han sorprendido con su último movimiento, fichar por Netflix como productores de contenidos a cambio de una cantidad presumiblemente enorme, que no se ha hecho pública por aquello del decoro presidencial. Esto consolida la opción Netflix como movimiento de prestigio (los dos últimos ganadores del Oscar al mejor director, Damien Chazelle, y Guillermo del Toro, tienen asuntos entre manos con la plataforma) y pone a la ex primera dama y al antiguo comandante en jefe a la par con otros fichajes sonados de la casa. El año pasado, la plataforma firmó con Shonda Rhimes, creadora de series como Scandal y
Anatomía de Grey, por 85 millones de euros, y hace unos meses pagó el triple a Ryan Murphy, el hombre detrás de Glee, Feud y
American horror story.
No está nada claro qué harán exactamente los Obama en Netflix, cómo se presentará ese contenido (¿tendrán su propio vertical, como comedias románticas
musicales?) ni cuando llegará. Y lo poco que han dicho los Obama al respecto no despeja muchas dudas. En una conferencia en Las Vegas a finales de mayo, el ex presidente señaló la importancia de “contar historias” cuando le preguntaron por su nuevo bolo y dejó caer un par de ejemplos del poder de su agenda. Mencionó, por ejemplo, que la primera vez que Lin-Manuel Miranda interpretó una canción de su futuro musical Hamilton, el más exitoso de este milenio, fue en una lectura poética en la Casa Blanca y que el actual show de Bruce Springsteen en Broadway, donde mezcla canciones con historias personales, se originó cuando dio un concierto privado de despedida para sus empleados.
El acuerdo puede poner a algunos ejecutivos de Netflix en la tesitura de tener que decir “neh, no lo veo, dale una vuelta” a un expresidente. Según Jenji Kohan, que dio a la plataforma uno de sus primeros éxitos con
Orange is the new black y es una de sus creadoras estrella, no hay carta blanca para nadie en Netflix. ¿Ni siquiera para los Obama?