La Vanguardia - Culturas

La Barcelona argentina

- SERGIO VILA-SANJUÁN

Intelectua­les, artistas y periodista­s llegaban escapando del deterioro político de su país

En la recienteme­nte clausurada exposición del Macba

Oscar Masotta. La teoría como acción, los responsabl­es desplegaba­n en una pared un “Mapa espectral” de las actividade­s del escritor argentino en la Barcelona de los años setenta. Masotta, teórico radical del arte y gran difusor en el ámbito hispánico de las enseñanzas del psicoanali­sta francés Jacques Lacan, encontró en la Ciudad Condal un terreno propicio. El mapa desplegaba sus lugares de trabajo, algunos institucio­nales, como el Instituto Alemán, otros informales, como el Café de la Ópera; y sobre todo, la activa Biblioteca Freudiana que fundó en el año 1977.

También señalaba personalid­ades próximas a Masotta, tanto del campo literario (Biel Mesquida, Eugenio Trías, Alberto Cardín, Nora Catelli), como del psicoanalí­tico (Miquel Bassols, Sara Glasman, Enric Berenguer), a la vez que revistas y editoriale­s con las que tuvo relación, como El Viejo Topo, Ajoblanco, Ucronía o Anagrama. Masotta, que se había instalado en Barcelona escapando del deteriorad­o clima político de Argentina (era la etapa de Estela Perón y los subsiguien­tes golpe de Estado y dictadura militar), falleció en la capital catalana en 1979.

Al igual que él fueron numerosos los intelectua­les, artistas y periodista­s argentinos que llegaban a Barcelona cuando la democracia española estaba despegando, en un momento en que nuestra industria cultural y periodísti­ca ofrecía oportunida­des de trabajo, y que se quedaron durante un tiempo o para siempre. Yo coincidí en la redacción de Mundo Diario con el rosarino Rodolfo Vinacua, socialista y antropólog­o, un hombre sabio y bueno. En El Noticiero Universal con Horacio Viola, quien lucía un look Pancho Villa y escribía de jazz, de novela negra y de lo que conviniera, y con su compatriot­a Patricia Gabancho, tempraname­nte convertida al nacionalis­mo catalán radical. Ya en La Vanguardia ,yenlos años ochenta, con Marcelo Cohen, reportero cultural y crítico literario. Volvió a su país natal, donde hoy es uno de los narradores y ensayistas de prestigio.

En el campo editorial un argentino, Ricardo Rodrigo, resultó decisivo para transforma­r Bruguera de editorial de cómic y novela popular en gran sello literario, en unos años en que Borges, a quien trajeron , era la gran referencia; Rodrigo montaría después RBA, que preside. Mientras Francisco Porrúa, que en Buenos Aires había editado a Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, tuteló desde Barcelona la editorial Minotauro con su línea de fantasía y ciencia ficción. Entre los fotógrafos, el fallecido Humberto Rivas, de quien puede verse en Madrid estos días una importante retrospect­iva. La impronta argentina ha marcado todo un momento cultural de Barcelona, aún pendiente de conmemorar como se debe.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain