Cinco momentos estelares de la humanidad
1 Cerebro y pensamiento simbólico
Hay un 99% de coincidencia en el genoma de un chimpancé y el de un ser humano. La diferencia clave radica en el peso del cerebro: el de los primeros homínidos pesaba unos 850 gramos, el de un ser humano actual unos 1.300 gramos. A mayor peso del órgano, mayor capacidad cerebral, la cual posibilita la aparición de capacidades humanas esenciales como el pensamiento simbólico, cuya culminación es el lenguaje. El otro elemento que nos distingue de los animales más evolucionados es que poseemos no solo la capacidad de aprender (mediante la imitación), sino de comprender.
2 Ciudades, escritura, finanzas
La palabra civilización procede del vocablo latino civis, ciudad. Y la palabra política se relaciona con el término griego polis, que también significa
ciudad. Con la aparición de las urbes se da un salto en la historia, porque las ciudades son desde su origen el principal motor de la innovación humana. Este origen se remonta a Mesopotamia. Y es precisamente allí donde se inventa la escritura (dejando de lado algunos ejemplos anteriores de protoescritura) en torno al 3.200 a. C. Además, la complejidad de la ciudad lleva a una segunda invención fundamental: las finanzas (gestión, transacciones, impuestos, préstamos, moneda…).
3 Filosofía y religión
En el primer milenio antes de nuestra era surgen grandes genios religiosos y filosóficos de perdurable influencia: Confucio en China, Buda y Mahavirá en India, los profetas en Israel y Sócrates y otros filósofos en Grecia. Les siguen Jesús de Nazaret y Mahoma. En este periodo se superan las religiones tribales y se camina hacia una transformación espiritual, mientras en Grecia surge la “religión de la razón”, que introduce la individualidad, la libertad, la racionalidad y el pensamiento crítico.
4 Florencia y el humanismo
La aparición de los humanistas en el siglo XIV abre el camino al Renacimiento, que debe casi tanto al humanismo y el creciente peso de la educación a través de él como al crecimiento económico generado por el comercio internacional. Florencia será la ciudad paradigmática de esta nueva era de esplendor artístico sin precedentes y en la que el ser humano pasa a ocupar el centro del discurso, ya que en palabras de Giordano Bruno: “Alejándose cada día más de la animalidad mediante solícitas y urgentes ocupaciones, se aproxima cada vez más a las alturas de la divinidad”.
5 Ilustración y revolución
El siglo XVIII es el de las luces, el de la Ilustración, con cambios en el modo de pensar, la organización política y la ciencia que siguen vigentes hoy como herramientas mentales y por ello podemos hablar de la llegada de la modernidad. El artículo primero de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa habla de que “el fin de la sociedad es la felicidad común”. Y en los logros y fracasos (por ejemplo, la tentación absolutista y el terror) de esta revolución está el germen de los claroscuros de los siglos.