Lee Miller en la Fundación Miró
El arte de una fotógrafa y de su generación
La belleza abre caminos, pero más aún si va acompañada de talento, como es aquí el caso. Neoyorquina y muy atractiva, fotógrafa artística y fotoperiodista, Lee Miller (19071977) dio sus primeros pasos laborales como modelo de la mano del magnate Condé Nast, quien la descubrió en una calle de Manhattan. De niña había posado para su padre, aficionado a la fotografía. Y de ahí a la portada de Vogue. Pero su destino era pasar de objeto a sujeto y, ya en París, donde se trasladó en 1929, se convirtió en la ayudanteamante de Man Ray y se fue haciendo su hueco en aquel creativo universo de genios-machos alfa que fueron las vanguardias. Es el París donde se gestó y eclosionó el surrealismo que arranca la exposición que le dedica la Fundación Miró y que en versión reducida pudo verse hasta hace poco en The Hepworth Wakefield, el museo británico que debe su nombre a la escultora Barbara Hepworth.
Mientras se ejercitaba en el estudio de Man Ray, Miller trabajaba en la Sorbona fotografiando operaciones quirúrgicas, cosa que le permitió fragmentar el cuerpo, la misma operación que haría con ella su maestro, que la escogió como lienzo para sus experimentos y fotografió diversas partes de su anatomía, como los labios, que han quedado inmortalizados casi como émulos de los de Mae West, que Dalí convirtió en una de las piezas más famosas
del surrealismo. Paralelamente era ella quien llevaba cabo algunos encargos fotográfcos que después firmaba Man Ray La modelo-obertido jeto se había conven sujeto, en concreto en profesional de la foa tografía.
Tras esa primeretapa parisina, Miller regresó a Nueva York y montó su propio estudio, en el que tuvo como colabrador a su herpaba mano, quien se ocdel revelaa do. Allí conocióun millonario egipcio con el quese casó y juntos vivieron un tiempo en El Cairo. Egipto se convirtió también en esgrafías, cenario de sus fotgrafias como es el caso de Portrait of space, tomada en el oasis de Siwaen 1937 y, de ens tre las piezas suyexpuestas, mi favorita. Por cierto que le sirvió a Magritte para pinar The kiss.
Ese mismo año decidió volver a París y fue entonces cuando estretista chó lazos con el ay coleccionista
Roland Penrose, a quien ya conocía de su primera estancia parisina y con quien se casaría en segundas nupcias. También ese mismo año Penrose organizó en Londres una significativa exposición internacional surrealista (Surreal
objects and poems), detonante de la confirmación del movimiento al otro lado del canal de la Mancha. No deja de sorprender que no sea una de las artistas expuestas, cuando su pertenencia al grupo surrealista es indiscutible, como demuestran los muchos retratos de grupo que podemos contemplar en la Miró y que son ejemplo de un envidiable hedonismo. Algunos de ellos son ya míticos, como aquel en el que Max Ernst posa sus manos sobre los pechos desnudos de la pintora Leonora Carrington.
La exposición mezcla pintura, fotografía y objetos para mostrar una red de intertextualidades que van desde un paisaje de la propia Carrington –tan cercana al universo de Remedios Varo y de quien fue tan amiga– al famosísimo teléfono-langosta daliniano –hace un par de años subastado en Christie’s–. Esa ha sido la opción de la comisaria: poner a Lee Miller en relación con sus contemporáneos, por lo que las salas son generosas en obras firmadas por los miembros más reconocidos de dicho círculo y por otros de universos afines –el citado Max Ernst, Tanguy, Picabia, Dalí, Magritte o incluso Miró–, quienes dialogan con las imágenes de la fotógrafa.
Aunque la gran aportación reside en contraponer a Miller a “sus contemporáneas”, en especial con otras artistas del entorno británico –que es el que centra aquí el interés– como la argentina británica de adopción Eilleen Agar, Helene Muspratt o la pintora nacida en la India Ithell Colquhoun. Alianzas femeninas que incluyen colaboraciones profesionales que se han querido destacar y nos hablan de
La gran aportación reside en contraponer a la artista a “sus contemporáneas”, en especial otras artistas