La Vanguardia - Culturas

Polémico Jordan Peterson

Las reglas para vivir del profesor canadiense

- IÑAKI ELLAKURÍA

En un momento en el que la ideología de género se ha convertido en el pensamient­odominante en los medios de comunicaci­ón, en el debate institucio­nal, en las universida­des, en los productos culturales... han empezado a aflorar voces disidentes con el establishm­ent intelectua­l que, con sus matices y diferencia­s, y a cuenta y riesgo de ser lapidados en la plaza digital donde impera el binario me gusta/no me gusta, alertan del riesgo de asfixia social y homogeneiz­ación. Una cuadrilla de defensores de la libertad de expresión y en contra de la corrección política y la categoría identitari­a como obligada lente posmoderna para interpreta­r el mundo, que nutre sus filas de psicólogos como Steven Pinker, Jonathan Haidt, Gad Saad, además de intelectua­les como Roger Scruton, Niall Ferguson, Phillipe Sollers, Michel Houellebec­q o Alain Finkielkra­ut... Y entre todos ellos ha emergido como un tsunami mediático-social, por su penetració­n en las redes sociales y en el público más joven, el canadiense Jordan B. Peterson (Alberta, 1962).

Bastan un par de clics y unos minutos en YouTube para descubrir la notoriedad alcanzada en apenas dos años por este profesor de psicología clínica de la Universida­d de Toronto. Su libro 12 reglas para vivir. Un antídoto al caos(Planeta/Columna) es un best-seller en Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, con más de 2,5 millones de ejemplares vendidos, y sus videos con intervenci­ones en televisión, apasionado­s debates, consejos médicos o multitudin­arias clases en la universida­d han superado los cuarenta millones de visitas. Sus lectores/seguidores son mayoritari­amente jóvenes de entre 20 y 35 años.

Cierto es que Peterson, que tuvo su bautismo mediático en España con la entrevista que Cayetana Álvarez de Toledo le hizo en febrero del 2018 en

El Mundo (“hay una crisis de la masculinid­ad porque se culpa a los hombres por el mero hecho de serlo”), incendiand­o de inmediato las redes sociales, no deja indiferent­e. Genera una ingente cantidad de artículos a favor yen contra, sobretodo por parte de la izquierda norteameri­cana que le acusa de nutrir moralmente a la derecha alternativ­a con su “misoginia” y de no pasar de la categoría de charlatán para millennial­s. Frente a este tipo de reproche contrasta la opinión de Ca mil lePaglia, crítica social, feminista heterodoxa y autor a de libros seminales como Vamps&Tramps. Más

allá del feminismo (1994), que lo considera “el pensador más influyente que ha surgido de Canadá desde Marshall McLuhan”.

Ante esta disparidad de opiniones,

12 reglas para vivir ejerce como introducci­ón al pensamient­o de Peterson y es una síntesis de la monumental Maps of meanig: The architectu­re of belief (Routlege, 1999). Con título y apariencia de manual de autoayuda (algunas de sus páginas contienen mensajes simples y directos que él recomienda a sus pacientes: “Ordena tu habitación antes de criticar el mundo”, “di la verdad, o por lo menos no mientas”, “enderézate y mantén los hombros hacia atrás”), es ante todo una carga en profundida­d contra el pensamient­o posmoderno que “substituyó la lucha de clases por la lucha de identidade­s”.

Peterson, que se define como un “liberal británico clásico”, repudia la ideología de género, el identitari­smo, el lenguaje inclusivo (“no voy a aceptar el territorio lingüístic­o de la iz-

quierda radical, lo hagan ley o no), la idea, en definitiva, de que todo es una construcci­ón social. Un cóctel, sostiene, que ha“colonizado” los campus universita­rios con la “victimizac­ión de infinitos grupos por raza, religión...” y que tiene en los hombres jóvenes su objetivo a batir. Una “caza” que está provocando una “crisis de la masculinid­ad porque se culpa a los hombres por el mero hecho de serlo, están perdidos, sin rumbo”, acobardado­s, castrados por el “intento de feminizarl­os”, lo que empuja a muchos “en brazos de los extremismo­s de izquierda y de derecha”.

Estudioso del cristiano, el judaísmo y de filosofías orientales como el budismo y el taoísmo –su obra tiene una fuerte dosis de misticismo, con una clara influencia del pensamient­o de Carl Jung–, Peterson defiende la individual­idad del hombre frente al colectivis­mo, el relativism­o, y el “optimismo progresist­a”, para hacer frente a una vida que es sufrimient­o (Buda) –pone como ejemplo las atrocidade­s cometidas en la era de las ideologías por el nazismo y el comunismo (Archipiéla­go Gulag es su libro de cabecera)– y que por ello exige lu- cha, esfuerzo, y “asumir la responsabi­lidad” de tu propio destino. Lo opuesto a ese “hombre-niño” que proliferar­ía y que él detesta y trata de trasformar. Peterson interpreta la vida como un balance entre el orden y el caos (el yin y el yang) en el que es indispensa­ble “una jerarquía de valores compartido­s”, reglas, patrones, creencias, para evitar que el “horror de la existencia” derive en nihilismo, conflicto con otros grupos, guerra...

El canadiense más conocido hoy en el mundo, con permiso del presidente Justin Trudeau (“es un Peter Pan”), no inventa, pues, nada nuevo en el pensamient­o conservado­r, pero actualiza (es todo él una figura pop) y defiende con pasión unos postulados que, si bien no pocos tachan de carcas y reaccionar­ios (“es el custodio del patriarcad­o”, según TheNewYork­Times), millones de personas los han acogido como una tabla de salvación para tiempos convulsos. | Jordan B. Peterson 12 reglas para vivir/ 12 regles per viure PLANETA / COLUMNA. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: JUAN RUIZ HERRERO /AL CATALÁN: ALBA DEDEU. 512/496 PÁGINAS. 21,90 EUROS

 ??  ??
 ?? CHRIS WILLIAMSON/GETTY IMAGES ?? El polémico autor Jordan Peterson en un encuentro con estudiante­s del Cambridge Union el pasado 2 de noviembre
CHRIS WILLIAMSON/GETTY IMAGES El polémico autor Jordan Peterson en un encuentro con estudiante­s del Cambridge Union el pasado 2 de noviembre

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain