La voz y el cuerpo acuático
Laia Estruch La artista diluye la frontera entre la sala de exposiciones y la piscina y examina los límites del control vocal y corporal bajo el agua
ARNAU HORTA
En el agua “todo es fantasía”, le escuchamos cantar a Laia Estruch (Barcelona, 1981) a través de los altavoces del techo del Espai 13 de la Fundació Miró. Debajo, elementos hinchables forman un conjunto escultórico modular que durante la muestra irá modificando su disposición en la sala. Los colores e inscripciones que pueden leerse sobre el plástico, similares a la matrícula de una embarcación, remiten a un imaginario acuático, como si hubiéramos accedido a un extraño almacén de material náutico.
En las paredes, unas barras metálicas que recuerdan a las de los balnearios u otras instalaciones para el baño parecen indicar que, en realidad, el espacio era una especie de depósito de agua y que todo lo que ahora vemos en el suelo flotaba en su interior antes de ser vaciado. La exposición de Estruch, titulada Crol, es la primera del ciclo Gira todo gira, en el que su comisario, Marc Navarro, examina la noción de extrañamiento y propone una revisión de los automatismos que guían nuestra forma de percibir nuestros entornos más inmediatos.
En el caso de Estruch este proceso de extrañamiento se basa en la disolución de los límites entre la sala de exposiciones y la piscina de saltos de Montjuïc,dondelaartistahagrabado todo el material sonoro del proyecto. Situados a pocos metros de distancia, el Espai 13 y la piscina se conectan conceptualmente como dos vasos comunicantes para crear un circuito fluido por el que circulan palabras, música, murmullos, formas, ideas, símbolos y gestos. Entendidos como dos entidades coextensivas, el cuerpo y la voz son los principales elementos que articulan este proyecto en el que su autora combina la instalación y la performance, funcionando la una como el reverso de la otra.
El proyecto de Estruch viene a entroncar con una tradición experimental iniciada por creadores como Max Neuhaus o Michel Redolfi, autores de los conciertos subacuáticos Water Whistle (1971) y Sonic Waters (1981) respectivamente, y continuada recientemente por la soprano Juliana Snapper a través de su proyecto Underwater opera. Igual que Snapper,
Imagen del proyecto de Laia Estruch
Con esta muestra se inicia el ciclo ‘Gira todo gira’, en el que se examina la noción de extrañamiento
Estruch investiga el carácter extraño y ambivalente del medio acuático, donde el cuerpo pierde su estabilidad y la voz se propaga de una forma completamente desnaturalizada. Debajo del agua, un elemento que puede ser sinónimo de vitalidad o de muerte, de un espacio común (como propone Astrida Neimanis con su noción de embodied hydrocommons) o de una distancia insalvable entre cuerpos y realidades (pensemos en la tragedia que tiene lugar diariamente en el Mediterráneo), Estruch explora los límites del control vocal y corporal y nos sumerge en su particularísima y fascinante fenomenología líquida.
Laia Estruch. Crol
FUNDACIÓ MIRÓ. BARCELONA. ESPAI 13. WWW.FMIROBCN.ORG. HASTA EL 8 DE DICIEMBRE