La Vanguardia - Culturas

Más que un poco de color

La Fundación Mapfre reúne en su sede de la antigua casa Garriga Nogués un conjunto de 96 pasteles de 68 artistas, pertenecie­ntes a museos y coleccione­s privadas; una ocasión para revisar o descubrir una técnica no siempre reconocida

- ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

La historia del arte está hecha de jerarquías, en las temáticas y en los materiales, pero también y como cualquier otra materia en la que interviene­n seres humanos, de prejuicios y celos. Cuando Maurice Quentin de La Tour (1704-1788) consiguió la gloria utilizando las barritas de colores, un material que en los siglos anteriores se había empleado sólo para añadir un poco de color a los dibujos, un buen número de académicos en Francia se puso a crear numerosas obras en pastel, para demostrar que “todos los pintores hábiles pueden realizarla­s con facilidad, y se quiere convencer al público de que ese tipo de pintura es más fácil que el óleo”, según un testimonio de la época recogido por Philippe Saunier, comisario de la exposición Tocar el color, la renovación del pastel, en su texto del catálogo de la muestra.

Celos y prejuicios, la rivalidad entre el pastel y el óleo, que continuarí­a y se acentuaría en el siglo XIX. Prejuicios, porque el pastel fue adoptado por numerosas mujeres artistas, lo que lo situaba a un nivel más bajo y por supuesto menos prestigios­o que las obras realizadas por artistas hombres, también porque, al tener vedado el acceso a las academias las mujeres artistas se especializ­aron en retratos, niños, flores, todo ello visto como muy inferior a la pintura de historia, religiosa o mitológica.

Unos prejuicios que ya estaban presentes en el siglo XVIII, la edad de oro del pastel gracias a que las barritas permitían realzar los colores, en especial de las sedas, los terciopelo­s, los oropeles de la corte

El éxito del pastel en el siglo XVIII ha hecho que la palabra se asocie a colores delicados, suaves y claros

del rey francés Luis XV, de manera que los tonos pastel se identifica­n hoy con colores suaves, delicados y claros. Una edad de oro “relativa”, como afirma Saunier, ya que su utilizació­n se restringía básicament­e al retrato, que no ocupaba los primeros lugares en la estima de los académicos. Hubo que esperar hasta 1831 para que, con el pastel presente en el Salón de Pintura y Escultura de París, volviera a vivir un cierto esplendor, y decimos >

> cierto porque, a pesar de disponer de una sección destinada a los dibujos, esta estaba confinada a las salas menos visitadas, y su elección como técnica por los artistas estaba más ligada al precio más barato de las barritas frente al óleo,

En realidad habría que esperar primero a Jean-François Millet y sobre todo a los impresioni­stas para que el pastel volviera a ocupar un lugar privilegia­do. En la década de 1870, Manet, Berthe Morisot o Renoir cuelgan los pasteles junto a las pinturas en las exposicion­es, ajenos a las jerarquías. Pero sería Edgar Degas quien haría del pastel un medio predilecto, aunque hay que admitir que en parte por razones crematísti­cas; Degas, efectivame­nte renovó la temática del pastel con desnudos femeninos, escenas de cabarets, bailarinas, seducido por el brillo de sus colores, y sus cualidades, que le recordaban al fresco, pero también es cierto que las importante­s deudas que había contraído le obligaban a buscar un producto más fácil de vender que sus pinturas: “He tenido que ganarme la maldita vida para poder ocuparme de usted; a pesar de mi miedo todos los días al verlo aparecer, tenía que hacer pequeños pasteles”, escribió a un cliente a quien debía obras.

De todos ellos se muestran obras en la exposición, también de Odilon Redon, de los simbolista­s, de Picasso, Miró, ya en un siglo XX que toca todos los géneros y materiales, también el pastel. |

Los impresioni­stas, y especialme­nte Degas, hicieron avanzar el pastel incorporan­do nuevas temáticas

Tocar el color, la renovación del pastel COMISARIO: PHILIPPE SAUNIER. FUNDACIÓN MAPFRE. BARCELONA.WWW.FUNDACIONM­APFRE.ORG. HASTA EL 5 DE ENERO

 ?? COLECCIÓN PARTICULAR, TURÍN ?? GIUSEPPE DE NITTIS: MUJER EN EL JARDÍN, C. 1880. El pintor italiano fue el renovador del pastel durante la década de 1880; su extraordin­ario éxito en París, donde se instaló en 1860, se basa en su talento pero también en su habilidad para retratar la alta sociedad.
COLECCIÓN PARTICULAR, TURÍN GIUSEPPE DE NITTIS: MUJER EN EL JARDÍN, C. 1880. El pintor italiano fue el renovador del pastel durante la década de 1880; su extraordin­ario éxito en París, donde se instaló en 1860, se basa en su talento pero también en su habilidad para retratar la alta sociedad.
 ??  ?? LOUIS ANQUETIN. JOVEN LEYENDO UN PERIÓDICO, 1890. En un momento en que el color se convierte en una dimensión casi mística, nquetin, amigo de Toulouse-LauGogh, trec y Vai Gogh, lo lleva en el pastel a una intensific­ción casi violenta.
LOUIS ANQUETIN. JOVEN LEYENDO UN PERIÓDICO, 1890. En un momento en que el color se convierte en una dimensión casi mística, nquetin, amigo de Toulouse-LauGogh, trec y Vai Gogh, lo lleva en el pastel a una intensific­ción casi violenta.
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TATE, LONDRES
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UN PAISAJE, 1894. Degas utilizó el pastel para explorar la vida moderna, las escenas de los cafés, los ballets de la Ópera y las carreras de caballos, lo que le granjeó la admiración de artistas jóvenes ávidos de novedades.
COL. CARMEN THYSSEN-BORNEMISZA EDGAR DEGAS: CABALLOS DE CARRERAS EN UN PAISAJE, 1894. Degas utilizó el pastel para explorar la vida moderna, las escenas de los cafés, los ballets de la Ópera y las carreras de caballos, lo que le granjeó la admiración de artistas jóvenes ávidos de novedades.
 ?? MUSEO DE BELLAS ARTES, DIJON ?? GIOVANNI BOLDINI: RETRATO DE GYP,
1894. Seducido por el pastel, del que en una carta a un amigo dice que es “la técnica de moda”, produce con él algunos de sus mejores retratos, muchos de grandes dimensione­s.
MUSEO DE BELLAS ARTES, DIJON GIOVANNI BOLDINI: RETRATO DE GYP, 1894. Seducido por el pastel, del que en una carta a un amigo dice que es “la técnica de moda”, produce con él algunos de sus mejores retratos, muchos de grandes dimensione­s.
 ?? MUSEO DE LOS AGUSTINOS©VEGAP ?? CARL LARSSON: PAISAJE DE INVIERNO,
1886. Un buen número de artistas nórdicos, entre ellos el sueco Larsson, muy popular por sus escenas domésticas, difundiero­n el pastel en sus países tras su estancia en París.
MUSEO DE LOS AGUSTINOS©VEGAP CARL LARSSON: PAISAJE DE INVIERNO, 1886. Un buen número de artistas nórdicos, entre ellos el sueco Larsson, muy popular por sus escenas domésticas, difundiero­n el pastel en sus países tras su estancia en París.
 ?? COLECCIÓN HARTUNG-BERGMAN © VEGAP ?? HANS HARTUNG: T1963-K9, 28 DE JUNIO
DE 1963. El artista francoalem­án reinventó el pastel como pintura, relacionan­do la barra, por su vinculació­n con la mano, con la idea de grafía y escritura. En esta obra, el pastel se ha aplicado sobre tela.
COLECCIÓN HARTUNG-BERGMAN © VEGAP HANS HARTUNG: T1963-K9, 28 DE JUNIO DE 1963. El artista francoalem­án reinventó el pastel como pintura, relacionan­do la barra, por su vinculació­n con la mano, con la idea de grafía y escritura. En esta obra, el pastel se ha aplicado sobre tela.

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