Bakhita, la afortunada
Ellanacióenelsenodeunatribudayu de Darfur (Sudán). Con siete años fue raptada por unos negreros y vendida como esclava hasta cinco veces. Golpeada, torturada, violada... Atravesó continentes, desiertos, civilizaciones... Conoció la yihad y dos guerras mundiales.Una vida en las antípodas de cualquier consideración humana. Es la de Bakhita, ‘la afortunada’, nombre que, como si fuera una broma del destino, le dieron sus esclavistas porque ella olvidó su nombre. Y Bakhita es también el título de la segunda novela que nos llega traducida al español de la escritora y dramaturga francesa Véronique Olmi (Niza, 1962), una obra que, pese a la dureza de la historia o quizá por ello, consiguió quedar finalista de los premios Goncourt y Femina 2017.
Aunque la obra recrea en forma de novela la vida de la madre Gioseffa Margherita Fortunata Maria Bakhita, fallecida en 1947 con 78 años y canonizada por Juan Pablo II en el 2000, no nos encontramos ante una hagiografía; ni siquiera tiene visos de serlo. Y ese es quizá uno de los motivos del valor de esta novela: el hecho de que la autora toma distancia sobre las cuestiones de fe y religiosidad para meterse en la piel de esta niña esclava a la que seguimos hasta su muerte, cuya fortaleza y capacidad de supervivencia no toman dimensión épica ni sobrenatural. Eso y la pluma vibrante y detallista que sin recrearse en las innombrables atrocidades a las que se ve sometida Bakhita es capaz de proyectarlas en la mente del lector cual película. Y es entonces cuando uno debe parar y respirar para poder seguir leyendo.
Escrita en tercera persona del presente,
La autora