Archivo de genios desconocidos
Novela ¿Para quién escribimos?, se pregunta Manuel Baixauli. ¿Existe la creación sin riesgo? ¿Y sin contacto con la gente? ¿Cuánto vale el talento?
¿Qué es leer y qué relación tiene con escribir? De jovencitos, un chico o una chica leen, les gusta, descubren a un autor, una colección, y piensan que también ellos pueden ser escritores. El éxito o el fracaso depende de muchas cosas. No hay que tener prisa. Uno no tiene que creerse que es tan bueno como dicen. Hay que tener talento y trabajar: son muchos los llamados y pocos los elegidos. Y entre los no escogidos cunde la frustración y el desengaño. A veces, también, la queja: se sienten incomprendidos. Y como en la historia de la literatura y del arte se han dado casos de gente que no contaba para nada y que después han sido los artistas principales de su generación, piensan en la posteridad, lo que les ayuda a seguir adelante.
La idea de que todo es una filfa y que los libros realmente buenos no los ve nadie, está también muy extendida. Se ha creado una mística del papelito extraviado y del inédito deslumbrante, sobre la que se sostienen muchas tiendas de delicatessen literarias.
Tenemos,finalmente,yestoesquizás
lo más interesante, la relación del autor con la obra fallida, que es una manera de mirarse en el espejo.
Con estos mimbres, Manuel Baixauli (Sueca, 1963) ha escrito una novela que es como el laberinto de cristal del final de El tercer hombre. Vemos en ella, multiplicada, la imagen del maestro, que descubre a artistas que valen pero que no es capaz de escribir nada él mismo. El lector y traductor que indica y motiva. El pintor frustrado. El escritor atropellado por la vida. El mecenas raro que, ebrio de malditismo, reúne la enciclopedia de los genios desconocidos. Tenemos al artista extraordinario que pasó desapercibido y que reaparece al final en una apoteosis de revista literaria. El archivero y el documentalista que catalogan y realizan seguimientos (dos actividades que desde hace años forman parte del arte contemporáneo). Y tenemos un croma sobre el cual se recortan los personajes, formado de desproporción, incapacidad y plagio. El resultado es una novela alegórica que se interroga sobre el papel de la creación y de los creadores en el mundo de hoy, que era también el tema del libro de Baixauli más redondo y que ha gozado de mayor proyección, L’home manuscrit (2007). La trama principal, la relación entre el maestro, el pintor y el escritor, hace que arranque muy bien la novela. Que a medida que va incorporando tramas secundarias pierde un poco de nervio. La imagen del archivo de las obras frustradas es buena y sostiene el conjunto. Suena un disparo y no sabes quién va ser el muerto: igual son todos el mismo personaje. |
PERISCOPI. 252 PÁGINAS. 18 EUROS