La Vanguardia - Culturas

Paseo literario por Dinamarca

- ANTONIO ITURBE

En La escritora vive aquí, publicado por Gatopardo Ediciones, Sandra Patrignani recorre las casas donde vivieron, soñaron y rabiaron escritoras como Colette, Karen Blixen o Marguerite Yourcenar. Un recorrido seductor, entre la crónica y la fascinació­n, que en Italia quedó finalista del prestigios­o premio Strega. Me pica tanto la curiosidad que hago las maletas y me voy hasta Rungsted, una población costera danesa a orillas del mar Báltico, a mirar lo que miraba Karen Blixen, la autora de algunos de los mejores cuentos del siglo XX y de esa fascinante crónica personal de su empeño imposible, titulada Memorias de África. Tras 17 años luchando contra la meteorolog­ía, el machismo, el supremacis­mo colonial inglés, su propio snobismo de aristócrat­a danesa en la selva y la muerte del único hombre al que amó, regresó abatida a la casa familiar de Rungsted.

El Karen Blixen Museet está regentado con eficiencia escandinav­a, pero sin excesiva rigidez. Te dejan 45 minutos para que vagues por la casa a tu antojo hasta el siguiente grupo de visitas, aunque hay cordones que no te permiten toquetear donde no debes. Ahí están sus libros, sus estufas de hierro colado para los inviernos bálticos, las lanzas masáis, el gramófono con el que se iba a cazar leones mientras escuchaba a Schubert en mitad de la selva, su porcelana, la foto de Denys Finch Hatton, el amor que quedó enterrado en África. Hay un café encantador en los bajos y alrededor de la casa unos jardines frondosos en los que uno cree percibir los pasos de Karen Blixen entre la hojarasca. Tras un paseo solitario, emociona encontrars­e al pie de un árbol gigantesco, como un guardián silencioso, con su tumba; una lápida muy austera, como ella quiso, en mitad del bosque.

En la capital, Copenhague, no pierden ocasión en todos los tours de señalar los lugares donde Hans Christian Andersen residía en el pintoresco (y muy turístico) Puerto Nuevo (Nyhavn) por la cercanía con el teatro. Ni en dirigir todos los barcos de visitas al pie de la Sirenita, estatua emblemátic­a (aunque se la imagine mucho más grande) que regaló a la ciudad el fundador de la empresa cervecera Carlsberg como homenaje a Andersen. Pero donde causa asombro cómo el escritor impregna la ciudad es en su localidad natal, Odense, donde nació en 1805.

Hay una ruta perfectame­nte marcada (y un ticket conjunto) que permite visitar el museo con 32.000 objetos, su casa de la niñez en Munkemølle­straede, el centro cultural infantil repleto de disfraces ambientado en el mundo de las hadas de Andersen y la casa natal. Merodeas por Odense y parece que de una de esas casas de madera pintadas de colores vaya a salir el propio autor de La princesa y el guisante. De hecho, se le aparece a uno por todas partes: Andersen te sonríe con su efigie grabada incluso desde las tapas de las alcantaril­las. El centro de la ciudad está patas arriba y pregunto a la vigilante de su casa natal si van a construir pisos o un aparcamien­to, que es lo que hacemos por aquí. Pues no: en pleno centro de la ciudad van a construir… ¡otro museo Andersen! La mujer, muy orgullosa, me dice que substituir­á al antiguo y se inaugurará a finales de este año. Es una obra del arquitecto japonés Kengo Kuma: un edificio de 5.600 metros cuadrados que hundirá dos tercios de su volumen bajo tierra y a nivel de calle mostrará unos grandiosos jardines de grandes árboles que remitirán a los bosques encantados de Andersen, vistos por el minimalism­o japonés. Una ciudad, un país, que ha hecho de sus escritores un eje sobre el que pivota su tradición cultural y su proyección internacio­nal. Aquí tenemos mucho que aprender de Dinamarca y buscar un modelo de ciudad que no pivote sólo alrededord­ecocineros­estrellayf­ranquicias. |

 ?? T. ITURBE ?? La casa museo de Karen Blixen en Rungsted
T. ITURBE La casa museo de Karen Blixen en Rungsted
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain