Los retos que plantea el transhumanismo
El paleoantropólogo francés Pascal Picq explora el proyecto de superación de los límites de lo humano –como la nanotecnología, el cerebro conectado, la inteligencia artificial, así como la inmortalidad– y lo que deparará en el futuro
A medida que nos adentramos en el siglo XXI vivimos, sin ser muy conscientes, una realidad que se va transformando. Esta realidad nos abre nuevas metas para la humanidad que no hace mucho estaban destinadas a los libros de ciencia ficción. El ensayo de Pascal Picq La nueva era de la humanidad, estructurado a mododediálogoconunadolescentepara explicar el alcance del transhumanismo, muestra el largo recorrido, iniciado a finales del siglo XIX hasta nuestros días, del proyecto de superación de los límites de lo humano. La nanotecnología, la digitalización, el cerebro conectado, la inteligencia artificial, la criogenia, la inmortalidad, el rejuvenecimiento, el fin de las enfermedades o el uploading (transferir contenido a nuestro cerebro) son las metas que han marcado la agenda del transhumanismo desde hace más de un siglo. Pascal Picq (Bois-Colombes, Francia, 1954), que fue entrevistado por Eusebio Val en el Cultura/s del pasado 7 de diciembre del 2019, escribe un ensayo apasionante y a la vez desasosegante sobre un mundo que ya está en marcha.
El filósofo Peter Sloterdijk publicó en el primer volumen de Esferas un interesante texto bajo el título Normas para el parque humano. Una respuesta a la carta sobre el humanismo de Heidegger en que explora el fin del humanismo y el inicio del posthumanismo como proceso de culminación del transhumanismo, tal como también plantea Picq en su libro. Sloterdijk advierte que “las grandes sociedades modernas solo son capaces de producir sus síntesis políticas y culturales marginalmente a través de medios literarios, epistolares y humanísticos”. Sloterdijk plantea el fin del humanismo como la constatación del fracaso del método basado en seguir domesticando al hombre bajo la autoridad de la palabra y el texto escrito. Esta constatación también la señala otro filósofo, George Steiner, en su ensayo En el castillo de Barba Azul: “Ya una parte importante de la poesía, del pensamiento religioso, del arte ha desaparecido de la inmediatez personal pa- ra entrar en la custodia de los especialistas”. Sloterdijk observa en las reflexiones de Heidegger que “el humanismo ha sido el agente de dos mil años de no-pensamiento; critica (acerca de Heidegger) que, con sus interpretaciones apresuradas, aparentemente evidentes e irrefutables, ha obstruido el surgimiento de la verdadera pregunta sobre la esencia del hombre”. La verdadera pregunta sobre la esencia del hombre también ha sido abarcada por autores como T.S Eliot en su obra La unidad de la cultura europea o Johan Huizinga en Entre las sombras del mañana.
El ensayo/diálogo de Pascal Picq recoge el testigo de filósofos, historiadores y poetas desde la visión de un paleoantropólogo. Picq observa que el factor de la evolución tecnológica ha abierto el camino para la consolidación del transhumanismo como una realidad condicionada por las nuevas metas que va afrontando la humanidad. A diferencia del posthumanismo,
El autor Pascal Picq donde opera una batalla ideológica que la convierte en un campo de batalla política, en el transhumanismo la cuestión es llevar al hombre a un nuevo estadio de evolución.
La nueva era de la humanidad relatada por Picq nos impulsa a entrar en un transhumanismo que “propone modificar los factores biológicos necesarios para toda adaptación, y luego identificar los cambios de entornos naturales y humanos a los que se verá expuesto”. Hablamos de adelantos tecnológicos que han afectado las características biológicas y cognitivas. Propone que nos internemos en un mundo futuro/presente donde se podrán elegir desde los genes hasta los modos de gestación, se podrán erradicar enfermedades e iniciar el camino de la prolongación de la vida. Se trata de una nueva era de la medicina en la que las técnicas para curar a las personas enfermas o discapacitadas son aplicadas al aumento de las capacidades físicas y psíquicas de individuos llamados normales. A medida que avanza el transhumanismo permite al posthumanismo pasar de criticar las limitaciones del humanismo referidas al sexismo, el racismo, el esclavismo, el especismo, las violencias ejercidas sobre la naturaleza... a actuar en defensa de los derechos de las mujeres, gays y lesbianas, los movimientos antirracistas y anticolonialistas, los movimientos antinucleares y medioambientalistas o la reconciliación con la naturaleza.
Entramos en una nueva fase donde los avances tecnológicos activan una nueva orientación ética y humana, como explica Rosi Braidotti en su ensayo Lo posthumano. En el ensayo de Pascal Picq, el diálogo entre Adamo Amo, una joven estudiante africana y nativa digital, y el paleontropólogo nos abre la mente para acercarnos a una nueva realidad que, aunque puede parecer distópica, se acerca mucho al mundo en el que vivimos. Una aproximación lúcida e imprescindible para comprender los cambios que se están operando en nuestra sociedad y que solo apreciamos como logros sociales, tecnológicos o científicos, como es el caso del cambio de sexo, de la asignación de género o de la robótica. Picq plantea, en sus conclusiones, un término superador del transhumanismo y el posthumanismo, el panhumanismo. Un nuevo término que intenta dar una salida ética a los anteriores movimientos al considerar “al conjunto de la humanidad en sus diversidades”. Su ensayo/diálogo nos obliga a observar el malestar de una gran parte de la sociedad sobre el mundo que hemos creado y legaremosanuestroshijos. |
El diálogo entre una joven africana, nativa digital, y el autor nos abre a una nueva realidad