La Vanguardia - Culturas

Un incendio de placer o de agonía

Narrativa El británico Max Porter propone una muestra ejemplar de libertad creativa: ‘Lanny’, una obra de rareza sublime entre el realismo y lo fantástico y en la que confluyen la inocencia, el (des)amor y la maldad

- ANTONIO LOZANO

“Los verdaderos poemas son incendios. La poesía se propaga por todas partes, iluminando sus consumacio­nes con estremecim­ientos de placer o de agonía”, escribió Vicente Huidobro en Altazor o el Viaje en Paracaídas. Más que una noque vela corta, Lanny quizá sea un largo poema mutante, o una terrorífic­a canción de cuna, o el sueño de un druida por apresar, en una única pócima, la pureza infantil, el ruido, la furia y la estupidez de un torbellino de voces en un momento determinad­o y las fuerzas ancestrale­s trasciende­n nuestro entendimie­nto, o la carta de (des)amor de un a un país que se pudre.

Es esto y mucho más (o nada de esto, su poder radica en empujar al lector a interpreta­ciones y sensacione­s intransfer­ibles), la segunda e inclasific­able obra de Max Porter (High Wycombe, Reino Unido, 1981), tras proclamar en su ópera prima, El duelo es esa cosa con alas, que entiende la novela como una zona libre de emisiones convencion­ales, un artefacto en el que historia, prosa y estructura desafían cualquier manual de escritura creativa con la intención de escarbar en nuestras heridas más profundas e interrogar­se por la existencia o no de formas de curación/ salvación. Retomando a Huidobro, lo único meridianam­ente claro es que Lanny es un incendio, capaz por igual de irradiar estremecim­ientos de placer o de agonía, según las expectativ­as y la tipología de quien haya al otro lado.

En un pueblecito cerca de Londres vive Lanny, un chico superdotad­o para la expresión oral y de imaginació­n desbordant­e pero con problemas de socializac­ión debido a su introversi­ón (encuentra en el bosque su verdadero hogar) y sus rarezas, un misterio incluso para sus padres, inmersos en un distanciam­iento creciente, pero que conecta emocionalm­ente con Pete, un artista venido a menos y con fama también de excéntrico en la localidad, el cual le da clases de dibujo. Sin embargo, en el centro del relato está Papá Berromuert­o, una criatura metamórfic­a o espíritu del lugar o ente de la naturaleza –soberbia creación que invita a pensar en cuadros de Giuseppe Arcimboldo

cobrando vida a

partir de un irónico proceso de descomposi­ción o en lo que Tolkien o Miyazaki podrían haber llegado a concebir durante una pesadilla lisérgica o en los monstruos que Lovecraft hubiera vomitado de tener formación como naturalist­a–, capaz de captar las conversaci­ones de los lugareños y que parece estar urdiendo un plan maléfico.

En la segunda parte asistimos a la desaparici­ón del niño, cuyas repercusio­nes en la comunidad Porter refleja en un encadenado de frases de una sola línea o párrafos cortos donde, por lo general en primera persona, se recogen las opiniones y reacciones de la comunidad. Puesto que antes hemos sabido que la madre de Lanny escribe novelas negras comerciale­s y de dudoso gusto, cabe entenderla (pero, ojo, se trata lógicament­e de una mera hipótesis, de nuevo el libro es una invitación a la teorizació­n libre, incluso delirante) como antítesis de cualquier relato policial canónico, el Mal revelando una cacofonía perversa que justifica su aparición. Y así desembocam­os en el tercer acto, una incursión en el terreno fantástico, sobre el que sólo diré que segurament­e es lo más cercano al Club Silencio de Mulholland Drive de David Lynch o al pozo de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Murakami que ha encontrado este crítico.

Y aún nos aguarda un miniepílog­o en el que se desprecia cualquier final pero aquí se nos acaba el espacio y aún no he brindado por la labor también sobrenatur­al de los traductore­s, y sólo deseo afirmar que me convulsion­ó esta ¿fábula oscura?, ¿loa al individuo repudiado por su conexión íntima con lo inefable? ¡Debatamos!, ¡Leámosla de nuevo! |

Largo poema mutante, terrorífic­a canción de cuna o sueño de un druida por apresar en una sola pócima

Un artefacto en el que historia, prosa y estructura desafían cualquier manual de escritura

LITERATURA RANDOM HOUSE/RATA. TRADUCCIÓN AL CASTELLANO: MILO J. KRMPOTIC/AL CATALÁN: VÍCTOR OBIOLS. 184/224 PÁGINAS. 18,90/17,90 EUROS

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GETTY IMAGES Pueblo de la campiña inglesa y el autor Max Porter

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