De Disney a Wittgenstein
Narrativa El polivalente Albert Lladó nos relata la intensa y trepidante historia de un grupo de jóvenes detectives en la Barcelona periférica
Albert Lladó (Barcelona, 1980), colaborador de este suplemento, es periodista, gestor cultural y autor de libros de aforismos, relatos, novelas, obras de teatro y ensayos. La travesía de las anguilas se integra dentro de la tradición de la Barcelona periférica, de mi memoria rescato a Francisco Candel, Juan Marsé, Javier Pérez Andújar o Francisco Casavella. La travesía de las anguilas se sitúa en otra zona concreta de la ciudad, Nou Barris, para centrarse en Torre Baró, Vallbona y, especialmente el barrio de la infancia, Ciutat Meridiana, la Meri. Toma el título de las anguilas, que cruzan todo el océano para volver a su lugar de origen. Aquí es el protagonista, Jordi o Jorge, el Catalán, el que regresa al lugar de origen veinticinco años después, en el 2017, el año del referéndum, para comunicar a sus amigos de adolescencia una triste noticia.
Nos remontamos a 1987, el año de la masacre de Hipercor y a 1992, en que se celebran los Juegos Olímpicos. No se trata de una evocación sino de una reconstrucción: de los rasgos de cada uno de los personajes, de los espacios por donde se mueven y de la aventura que están viviendo. Una Barcelona, donde “las ratas habían vuelto a campar a sus anchas por las calles del barrio y el Ayuntamiento, además de no hacer nada para combatir la plaga, había prohibido los campeonatos de caza mayor”. El “Bienvenidos a Barcelona” que nos recibe no es pues el del Candel de Donde la ciudad cambia su nombre, sino la gloriosa de “las mejores Olimpiadas de la historia moderna”. Juan Antonio Samaranch será recordado como un prócer de la ciudad. “Ni se acuerda de su primer gran proyecto inmobiliario, Ciutat Meridiana”. Y es allí, en uno de los barrios con más desahuciados de España, donde un grupo de muchachos de entre catorce y quince años decide crear la agencia de detectives Scooby Doo.
Cada mes adquieren en la papelería Revilux un volumen de la Biblioteca de los Jóvenes Castores: veinte volúmenes en total –los veinte capítulos del libro–, que les servirán de inspiración como les sirve de inspiración el ácrata Gabriel, de cincuenta y larguísimos años, fiel lector de Wittgenstein. Se dedican a investigar el barrio y descubren que en el bar Sport ocurre algo raro, lo más probable es que se trafiquen drogas. Consiguen hacerse con una de las misteriosas mochilas de uno de los clientes a los que han llamado la Banda. Y aquí es donde lo que empezó como un juego acaba, con la intervención de la policía, en tragedia.
Resulta especialmente atractiva la recreación del ambiente de la Barcelona de la periferia. Con escenarios como la sierra de Collserola o Montcada y su fábrica de cemento, nos adentramos en el barrio, “un no-lugar que parece escupirle a la cara a la idea de progreso”. Atractivos, asimismo, los personajes: los clientes del bar Sport y los jóvenes detectives, a los que volvemos a ver veinticinco años más tarde en Vallbona, en la esquina entre Agudes y Costabona. Las localizaciones, pues, son muy precisas, de modo que la desbordada imaginación de los muchachos contrasta con la más brutal realidad, dominada por el desamparo y la violencia. La travesía de las anguilas nos atrae por lo que hay de poderosa recreación. Pero no nos sentimos identificados con los personajes, así que lo que les ocurre no nos afecta demasiado. Resulta todo demasiado novelesco. Hay intensidad de acción, pero escasa dimensión humana. De las dos lecturas que se nos proponen, sólo una nos resulta realmente atractiva. |
La desbordada imaginación de los jóvenes contrasta con la más brutal realidad de violencia y desamparo
GALAXIA GUTENBERG. 128 PÁGINAS. 15,50 EUROS