Valentine Penrose, la maga creadora
Durante años, la historia del surrealismo que nos ha llegado estaba llena de nombres masculinos. En muchas ocasiones, la figura de la mujer quedaba relegada al papel de musa, a pareja de, o aparecía en forma de anotaciones esporádicas en alguna antología. Gracias al trabajo de historiadoras, editoras y otras estudiosas se empiezan a conocer nombres que habitualmente quedaban en segundo lugar. Es el caso de Valentine Penrose, nacida Valentine Boué (Mont-de-Marsans, Francia, 1898-Chiddingly, Inglaterra, 1978), poeta, narradora y creadora de collages con una personalidad cautivadora y una vida que por sí misma ya vale una historia.
A los ojos de aquellos que la conocieron personalmente, Valentine Penrose tenía algo de bruja, algo de maga, por su sensibilidad, su encanto y su capacidad de romper con los moldes establecidos respecto al papel de la mujer y su feminidad. Como creadora, sentía predilección por la naturaleza, por explorar la mitología, lo oculto, lo perturbador y lo exótico; por ahondar en los misterios del bosque y en la armonía que palpitaba en el interior de la tierra y en el interior de las pasiones humanas. Amiga de Picasso, Max Ernst y muchos otros, estuvo casada durante años con Roland Penrose, poeta y artista inglés, del que se divorció en 1937. A partir de ese momento, Valentine viajó con una nueva libertad. Se adentró en la India y el Himalaya para empaparse de su cultura; también recorrió Austria y Hungría para investigar una historia que la fascinó: la de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta, una mujer conocida por torturar y desangrar a centenares de jóvenes en su castillo, con la intención de mantener la juventud a través de la magia de la sangre.
En su obra dialogan lo mágico y lo terrenal. Su escritura tiene una carga metafórica y voluptuosa que puede dejar al lector perdido y a la vez prendido en un lenguaje que quizá no entiende, pero que atrapa por su musicalidad y su extrañeza. Sus poemas de amor lésbico, su mirada hacia el universo femenino y su erudición la convierten en una voz extraña, personal, exuberante y llena de vida.
Para reivindicar la figura de Valentine Penrose, la editorial WunderKammer ha publicado dos libros que son una muestra inigualable de los temas que atravesaron su obra, de la riqueza visual y lingüística de su creación y de su mirada abierta al mundo. Por un lado, han recopilado en un único volumen la obra poética de la autora y dos obras en prosa, además de un ensayo dedicado al pintor Antoni Tàpies, bajo el título La surrealista oculta. Obra reunida (con un extenso y entusiasta prólogo de la editora Elisabet Riera). Por otro lado, han reeditado su perturbadora La condesa sangrienta (con prólogo de María Negroni),obraqueinspiróaotragranpoeta,Alejandra Pizarnik, quien también le dedicó un texto a esa inquietante mujer. Dos interesantes puertas de entrada al universo de una creadora que, a partir de ahora, podrá ocuparellugarquelecorresponde.