Ibiza, anatomía de la fiesta
Un libro analiza el fenómeno de la cultura de club en la isla a través del relato de sus protagonistas
¿Cómo se transforma una pequeña y pobre isla del Mediterráneo en una de las grandes mecas del turismo internacional? ¿Cómo la Ibiza franquista se convirtió en epicentro de la modernidad para amantes de la vida en libertad y seguidores de la música de baile? Es la historia que cuenta Balearic. Historia oral de la cultura de club en Ibiza. Más de seiscientas páginas en las que los periodistas –y también disc-jockeys– Luis Costa (Barcelona, 1972) y Christian Len (Sabadell, 1981) elaboran una pormenorizada disección de uno de los fenómenos culturales más sorprendentes del último medio siglo en Europa.
Costa ya se enfrentó a un reto similar con su anterior libro en el que analizaba la llamada ruta del bakalao (¡Bacalao! Historia oral de la música de baile en Valencia, 1980-1995), pero ahora ha buscado un socio para un trabajo de mayor envergadura, que hunde sus raíces en los años 50 y llega hasta hoy. Con Christian Len han realizado cerca de ochenta entrevistas y es a partir de estos testimonios que reconstruyen una historia de final abierto.
Para algunos no se trata más que de un fenómeno de exitosa explotación turística de un espacio privilegiado, pero para la mayoría de las voces recogidas se trata del nacimiento y desarrollo de un fenómeno cultural, eminentemente musical, que no solo cambió radicalmente la isla sino que, desde Ibiza, se expandió internacionalmente dando origen a eso que se ha llamado cultura de club. Un fenómeno cultural cuyas raíces algunos rastrean incluso mucho antes de la llegada de los hippies; en los años 30 ya estuvieron en Ibiza, por ejemplo, Walter Benjamin o el dadaísta Raoul Hausmann.
Lo cierto es que tras la Segunda Guerra Mundial empezaron a llegar a Ibiza beatniks primero, hippies después, en busca de un lugar donde refugiarse para dar rienda suelta a un modo de vida marcado por la libertad y el hedonismo. Y la rusticidad y primitivismo de la isla les pareció el destino ideal. De las fiestas privadas de los hippies en playas o fincas del interior se pasó a los primeros bares y salas de fiesta. La dictadura franquista se mostró permisiva con aquel reducto insular y se generó una espiral de crecimiento por el efecto llamada entre buscadores de nuevos paraísos, sobre todo extranjeros, y el desarrollo de la incipiente industria turística.
Sexo, drogas y música
Dos factores fueron determinantes en la caracterización del boom ibicenco: la música y las drogas. Ambas dibujan y definen en gran medida la evolución del fenómeno. Musicalmente, desde el pop y la música disco hasta llegar a los últimos desarrollos de la música electrónica, del house al tecno o el trance; con unos pocos dj pioneros que en los años 60 sentaron las bases de un modelo de pinchar que creó escuela y dio lugar a la figura del dj estrella. Pero si no hay fiesta sin música a menudo tampoco la hay sin drogas, y los cambios en el consumo también determinaron formas diferentes de entender el ocio, de la marihuana y el LSD al éxtasis y la cocaína.
Un cúmulo de elementos que han ido dando forma a las diferentes etapas de este fenómeno que tuvo su primera época dorada en los primeros años 80, que conectó con el auge de las raves y la música electrónica en Inglaterra a finales de la década y en los 90, y que en los 2000 creció hasta transformarse no solo en meca del ocio juvenil sino también en polo de atracción de vips, celebrities y turismo de lujo.
Balearic da cuenta de todo ello. El relato de los protagonistas es un puzle que va encajandolaspiezasdeunahistoriaenlaque no faltan anécdotas, incluidos los celos entre dj, propietarios de discotecas o promotores de fiestas. O aquellas que han hecho historia, como la fiesta del 41 cumpleaños de Freddie Mecury en el Pikes Hotel, histórico local de Ibiza frecuentado por músicos y artistas internacionales. Una celebración a la que acudieron desde
Julio Iglesias a Kylie Minogue o Grace Jones y que se recuerda como “el ejemplo más increíble de exceso que la isla mediterránea hubiera visto”.
Hoy, la Ibiza donde se gestó esa cultura de club que consagró discotecas, música de baile y dj como fórmula imbatible de ocio juvenil alrededor del mundo busca redefinirse como espacio turístico en el nuevosiglo.Eldelaculturadelasredes.
Luis Costa y Christian Len
Balearic. Historia oral de la cultura de club en Ibiza
CONTRA. 608 PÁGINAS. 24,90 EUROS