La Vanguardia - Culturas

Tirant lo Blanc vuelve a cabalgar

- MAGÍ CAMPS

Màrius Serra ha reescrito en catalán actual la gran novela de caballería­s de Joanot Martorell

¿Es un sacrilegio actualizar un clásico? No, claro que no. Las obras de referencia son objeto de revisiones, de adaptacion­es juveniles, a veces las convierten en cómics, devienen una película, una serie o una obra de teatro, o plasman algún aspecto de su contenido en un cuadro o una escultura. Es la grandeza de los clásicos, que permanecen y lo aguantan todo. Cuando hablamos de clásicos en otras lenguas, las traduccion­es son objeto de revisiones periódicas. La Ilíada, pongamos por caso, ha vuelto a ser traducida al catalán por Pau Sabaté en el 2019. Robinson Crusoe es otro ejemplo. Cuando pasan algunas décadas, se acomete una nueva traducción. La novela de Daniel Defoe fue traducida en 1920 por Josep Carner, en 1992 por Joan Fontcubert­a y ahora por Esther Tallada. Y eso entra dentro de la normalidad de una lengua que quiere ser moderna y completa.

Precisamen­te porque el catalán es una lengua moderna y quiere ser una lengua completa también necesitaba su versión actual de uno de sus clásicos: Tirant lo Blanc, la novela de Joanot Martorell publicada en 1490. Al igual que ocurre en las otras lenguas de cultura, ahora le ha llegado el momento al caballero que, en la ficción literaria, cambió la historia de Constantin­opla y la devolvió a los cristianos. Y el encargado de abordar tal gesta ha sido Màrius Serra, bregado en mil batallas, siempre vinculadas con la lengua.

Serra, licenciado en Filología Inglesa, ha sobresalid­o como enigmista, y lo demuestra cada día en los crucigrama­s de La Vanguardia. Aparte, ha traducido novela y teatro del inglés y desarrolla una fecunda tarea como periodista literario.

Como colofón, es miembro de la Secció Filològica del Institut d’Estudis Catalans, la academia de la lengua catalana. Serra insiste en que él no ha elaborado una modernizac­ión, sino una actualizac­ión. Es decir, poner la lengua al día. El valor de su trabajo no solo reside en la tarea titánica que supone enfrentars­e a una obra de las dimensione­s de Tirant, sino en saber encontrar en cada momento el registro adecuado. El libro se lee, hoy, en un catalán literario actual, que brilla tan bien como cualquier novela del siglo XXI con un nivel lingüístic­o aceptable.

El actualizad­or no ha rebajado la calidad, solo la ha puesta al día. Como él mismo refiere, los diálogos amorosos funcionan muy bien en el original y lo siguen haciendo en la actualizac­ión. Dice Serra en la presentaci­ón: “Las metáforas transparen­tes de Martorell continúan vigentes cinco siglos después y, en este aspecto, reescribir las múltiples escenas eróticas de la novela ha sido tan refrescant­e como leerlas”. En cambio, donde Serra más ha sufrido ha sido en el lenguaje oficial de la época, el de las letras de batalla y los formulismo­s propios de la corte. Pero también ha superado ese lance. Todo se desliza y logra que el caballero avance airoso.

Uno de los aspectos más interesant­es y, al mismo tiempo, más fastidioso­s de los clásicos son las notas a pie de página.

Cuando son notas al final del capítulo o al final del libro, entonces el enfado se puede convertir en un enojo mayúsculo, que puede hacer desistir al más audaz de los caballeros andantes. Sin embargo, en el Tirant de Serra no hay ninguna, y no podíaserde­otromodo.Sisellevaa­cabouna actualizac­ión, se ejecuta con todas sus consecuenc­ias.

El adaptador ha echado mano de un ardid digno de Tirant, un caballero ingenioso en la batalla y torpe en los asuntos de cámara. Serra ha introducid­o alguna pequeña explicació­n, integrada en el texto, cuando ha querido mantener alguna palabra que no es comprensib­le con facilidad para el lector actual. Es el caso de llavor d’espinacs, un arma simple que se esparce por el suelo y se clava en los pies de hombres y caballos, que ha sustituido por un nombre más moderno, obriülls, pero que aun así merece una pequeña explicació­n: “unes pues metàl·liques ideals per dificultar l’avanç de les tropes enemigues”.

El ingenio es importante en la novela, dado que “Tirant es un caballero aguerrido y un combatient­e atrevido, pero no tiene poderes sobrenatur­ales”, afirma el adaptador, porque no es “ni un superhéroe ni un mago”. Màrius Serra tampoco es un superhéroe ni un mago, pero con ingenio ha salido victorioso de esta magnífica batalla, la de actualizar la gran novela del siglo de oro valenciano.

Joanot Martorell Tirant lo Blanc

El libro se lee en un catalán literario que brilla tan bien como cualquier novela del siglo XXI de un nivel lingüístic­o aceptable

PROA. EDICIÓN EN CATALÁN ACTUAL DE MÀRIUS SERRA 974 PÁGINAS. 24,90 EUROS

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GETTY IMAGES Ilustració­n de Herbert Norris extraída del libro ‘Costume & fashion II’ (1926), sobre el vestuario en la edad media

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