El tributo de Sacco
Un genocidio en tierras canadienses
En las últimas décadas, el prestigio ganado por la novela gráfica –exitosa manera de referirse al cómic– ha ido de la mano de un proceso de renovación artístico y temático. La historieta ha adoptado una estética cada vez más variada mientras que los asuntos tratados se volvían menos previsibles. En este proceso de maduración, el relato autobiográfico ha pasado a ocupar el primer plano en muchas obras, desde Persépolis hasta El ala rota, desde Paracuellos hasta El árabe del futuro. Las vivencias personales se han hecho un hueco en un medio hasta entonces proclive a la ficción. Y de la narración en primera persona se ha pasado al género del reportaje de manera natural, dando lugar a un nuevo periodismo en viñetas.
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Oregón, Joe Sacco (Malta, 1960) ganó en 1996 el premio American Book por Palestina, un sobrecogedor libro que relata dos meses de inmersión en los territorios de Gaza y Cisjordania, y cuatro años después dio su visión sobre la guerra de los Balcanes en Gorazde. Zona segura. Ahora, en Un tributo a la tierra, recorre una de las regiones más extremas del planeta, los fríos Territorios del Noroeste, en Canadá, para contar la historia de un genocidio cultural contra un pueblo indígena de Norteamérica, los denes, que desde tiempos inmemoriales vivieron alejados de la civilización en una dura harmonía con la tierra, luchando de forma noble y respetuosa con ella para sobrevivir. “La tierra no es nuestra. Nosotros somos de la tierra”, recuerda uno de los personajes del libro. El primer episodio es ejemplar en su capacidad de situar al lector en ese escenario y esa manera de vivir. Eran tierras inhóspitas para el cultivo y no tuvieron ningún interés hasta que, a finales del siglo XIX, se descubrió oro y petróleo en el subsuelo y todo cambió. Canadá impuso su autoridad con tratados dudosos.
Un tributo a la tierra es un reportaje de largo aliento sobre las consecuencias de esa voracidad. Sacco se apoya en un trabajo de investigación y en las entrevistas que hizo a indígenas, activistas y políticos durante dos visitas a la zona en el 2015. Hilvanando declaraciones, seleccionando aquellas que hacen que una historia compleja se entienda con facilidad, retrata un exterminio cultural paciente y silencioso, sin guerras ni armas, hecho en nombre de la civilización, implantando un capitalismo salvaje y un perverso sistema educativo. Varios testimonios relatan cómo de pequeños fueron arrancados –literalmente– de los brazos de sus familias y los trasladaron a escuelas gubernamentales y religiosas donde se abusó de ellos y les crearon traumas que arrastraron durante décadas. En tiempos de fotos y vídeos manipulados, que ya no son una prueba de verdad en sí mismos, el dibujo adquiere un insospechado valor de honestidad y humanidad. Lo que en verdad da sentido al periodismo es el trabajo riguroso y bien explicado; por eso, cuando cerramos el libro, poco importa el formato que ha usado Sacco para contarnos esta historia, simplemente agradecemos que lo haya hecho. Un trabajo periodístico deprimernivel.
Joe Sacco Un tributo a la tierra
RESERVOIR BOOKS. TRADUCCIÓN: CARLOS MAYOR ORTEGA. 272 PÁGINAS. 22,90 EUROS