Como Curro en el Guadalquivir
En su opinión, algunos de estos documentales no se creen su propia épica. En El pionero, por ejemplo, cuando se explica al Jesús Gil de los sesenta, el que se hace rico construyendo una peligrosa urbanización de cartón piedra para la clase media pujante, hay mayor ambición narrativa y mejor contextualización histórica que cuando se cuentan los años de su cenit, cuando España se reía y se asqueaba a la vez (pero sobre todo se reía) con aquel hombre que representaba todo lo que el país creía haber dejado atrás.
¿Cómo se ven los noventa desde aquí? Ingenuos a ratos, un poco premodernos, como un Curro hinchable por el Guadalquivir. Es interesante analizar los noventa a los que recurren constantemente Javi Calvo y Javier Ambrossi en sus ficciones, los noventa cutres y brilli-brilli de los flashbacks de Paquita Salas y los que seguramente recuerdan de sus visionados de televisión infantil. En Veneno , su aplaudida revisión de la historia de Cristina Ortiz, caen en un ambiguo revisionismo que les lleva a juzgar esa época como cruel y poco sofisticada con todo lo LGBTQ, pero también a reposicionar programas como los de Pepe Navarro, en los que se practicaba la burla al raro de toda la vida, como ejemplos de representación de las minorías. Al final les puede un optimismo histórico que es también característico de todos sus trabajos, cuando contraponen la vida trans de Ortiz y sus compañeras del parque del Oeste con la de Valeria Vegas, su biógrafa, que puede moverse con cierta tranquilidad por la España de ZP.
La mirada de Luis López Carrasco en El año del descubrimiento es bastante menos satisfecha. De entrada, el filme se distingue del resto de las series, películas y documentales que están reviviendo los noventa en que no reexamina los lugares que todos asociamos a esa década (Barcelona, Sevilla, Ermua, Madrid, siempre Madrid) sino que se va a la Región de Murcia, donde, en pleno 92, los excluidos de la fiesta, los afectados por el cierre
Los creadores reivindican el derecho a contar su década formativa como sus mayores les contaron una y otra vez los setenta
Parece haber la necesidad de dotar de sus propios mitos a una época que a menudo ha pasado como “la década sin atributos”