Sujeto contemporáneo
Sobre la impaciencia en nuestro tiempo
El artículo publicado a mediados de 2018 en Letras Libres empezaba con la recreación de una escena histórica: los centenares de ciudadanos de Estrasburgo que bailaron días y días como si no hubiera mañana durante el verano de 1518. Jorge Freire (Madrid, 1985) convertía ese episodio en un espejo donde veía reflejada una tara que, según su interpretación, caracteriza al sujeto contemporáneo: seguir un movimiento perpetuo que no lleva a ninguna parte, más allá de revelar nuestra impaciencia, porque en realidad, sin ir hacia atrás ni hacia delante, en nuestra cotidianidad no estaríamos haciendo otra cosa que vivir como el hámster dentro de su jaula. Así piensa y vive el hombre agitado, dando vueltas y más vueltas en una noria, en bucle, olvidando de dónde venimos y sin saber hacia dónde vamos.
La idea seminal de ese artículo la desarrolló su autor en un ensayo breve y sugestivo que en noviembre del 2019 ganó un premio que va sumando prestigio. A la hora de escoger una ilustración para la cubierta del libro, se optó por recortar a diversos personajes de un cuadro clásico que ilustra ese anómalo episodio de hacía entonces exactamente medio milenio. En la página de créditos consta la fecha de impresión del volumen: marzo de 2020.
El propósito de Agitación. Sobre el mal de la impaciencia es la caracterización de ese hombre agitado –tú, y lo sabes, pero también yo– que vive en una sociedad hedonista y que, atrapado en su propia trampa como el hámster, no se daría cuenta de la vacuidad e incoherencia de su existencia porque el movimiento perpetuo le impide pararse y pensar sobre su condición y el sentido del vivir. “La condición paradójica del individuo agitado, que lo lleva a bambolearse entre la excitación y el embotamiento, es la que le lleva a desvelarse por mantener su dieta sana mientras se juega el pellejo con deportes de riego”. Freire lo descubre en conductas urbanas del presente, las piensa desde la filosofía y expone su reflexión tranquila acompañado por un arsenal de citas y lecturas, y un buen castellano, aunque a veces su prosa peca rizando el rizo. No describe al hombre masa clásico, aunque aquí se reflexiona sobre este sujeto como lo haría un Ortega relajado y juguetón, sino más bien a una de sus evoluciones posibles. “El Homo agitatus no se comprende a sí mismo a través de los otros hombres ni a través de la naturaleza, sino a través de las máquinas y los cachivaches informáticos”.
Aunque Freire diga que ese sujeto es “la figura a batir”, el tono del ensayo no es agresivo ni apocalíptico ni cascarrabias. Al contrario. Su autor defiende la función de la filosofía como una consolación para un mejor vivir y, con la lucidez del escéptico y atendiendo al magisterio de Berlin, proclama que “solo será libre quien se gobierne a sí mismo”. La respuesta no es original sino clásica porque, al fin y al cabo, como señaló Javier Gomá, Agitación es una meditación actual sobre “la invariable condición humana”.
¿Es invariable esa condición si todo cambia? Cuando el virus se expandía sin control, el libro empezó a distribuirse. Marzo de 2020. ¿Hasta qué punto la pandemia está impugnando el diagnóstico de Freire? Los gimnasios cerraban, los cuerpos se replegaban a la esfera privada y de repente nadie viajaba. En ese contexto de excepción, ¿podía seguir activo ese sujeto? El baile de globalización se interrumpió, Occidente y parte de Oriente suspendía todo movimiento y quedaba cancelada la agitación. Pero es probable que en nuestro mundo el signo de los tiempos no cambiase y precisamente por ello el libro siguiese siendo útil. Incluso más. Al imaginar por qué Occidente ha fracasado contra la pandemia, Branko Milanovic ha apuntado una explicación plausible. Nuestro mal ha sido el resultado de algo inseparable denuestraagitación:laimpaciencia.
Jorge Freire Agitación. Sobre el mal de la impaciencia
XI PREMIO MÁLAGA DE ENSAYO. PÁGINAS DE ESPUMA. 104 PÁGINAS. 14 EUROS