A clase con Jeff Koons

Prolífica, anónima y millonaria

La plataforma Masterclass vende una fantasía muy particular: que por 180 dólares al año uno puede aprender cualquier cosa de los mejores en su campo. Natalie Portman da clases de actuación –es muy difícil distinguir el tráiler de su lección de una parodia de Saturday Night Live–, Serena Williams de tenis, Salman Rushdie de escritura, y Ru Paul, de “autoexpresión y autenticidad”. Por supuesto, Jeff Koons tenía que estar ahí. En su cursillo online para convertirse en artista, alterna confesiones como el hecho de que el turquesa es su color favorito con consejos y reminiscencias de su carrera, como el momento en que se dio cuenta, a finales de los 70, de que podía vender sus esculturas de globos como ready mades y la vez que concluyó que el cenicero de porcelana que había en casa de sus padres cuando era un niño podía tener el mismo valor artístico que una obra de Michelangelo.

El éxito de la serie de Netflix Los Bridgerton es también una excelente noticia para Titania, el sello de novela romántica de Urano que lleva años publicando en castellano las novelas de Julia Quinn en las que se basa la serie. Quinn, cuyo nombre real es Julia Pottinger, es el clásico ejemplo de autora de novela romántica superventas: millonaria, anónima y muy prolífica. Quinn, que de niña leía los libros de Las gemelas de Sweet Valley a escondidas de sus padres, era la clásica estudiante ambiciosa. Se graduó en Harvard y solicitó plaza en Medicina en Yale. El mismo día que supo que había entrado en el codiciado curso supo que había colocado en una editorial las dos primeras novelas románticas que había escrito para pasar el rato mientras estudiaba. La serie de Los Bridgerton, situada en el periodo de regencia en Londres, es la más conocida de todas las que escribe pero tiene suficiente material publicado para proveer a Shonda Rhimes, que produce la serie, durante décadas.