Autopublicación, ¿oro o fiebre?
El empoderamiento de plataformas digitales, especialmente Amazon, ha desatado una fiebre del oro de la autopublicación. Por fin el escritor puede liberarse del yugo de las editoriales y ganar dinero a espuertas. No es raro encontrar ahora en internet declaraciones como esta de Pablo Laurino en la web de Publica.la: “Zhang-Wei, un autor de origen chino de 34 años que escribe literatura fantástica bajo el seudónimo de Tangjiasanshao, es un gran ejemplo de esto. Es un autor independiente que recurre a la autopublicación en formato digital. Actualmente es uno de los autores más exitosos y reconocidos en China, reportando ingresos anuales por más de 16 millones de euros en ventas de sus escritos”. Eso sí, enseguida nos advierte: “Pero incluso él no logró monetarizar del todo sus ventas, empieza a hacerlo tú con nosotros”. Con la autopublicación en plataformas parecía que por fin el autor se sacudía la dependencia de la estructura editorial y comercial que se lleva casi todo pero, curiosamente, la autopublicación que derriba las viejas estructuras, levanta otras nuevas.
Y una paradoja más, propia de los tiempos bisagra que vivimos: las editoriales tradicionales no se cansan de repetir que la figura tutelar del editor es crucial. Sin embargo, cada vez fichan más autores autopublicados en internet, con lo que reconocen su éxito sin necesidad de editorial alguna. Por otro lado, el autor autopublicado en Amazon, que proclama que es mucho más rentable publicarse uno por su cuenta que en una editorial, en cuanto lo llama Planeta o Penguin, va corriendo a publicar con ellos.
Uno de los últimos casos es el del escritor argentino afincado en Barcelona, Cristian Perfumo, que tras su éxito de ventas en Amazon ha publicado ahora Rescate gris en Suma de Letras. Perfumo ha montado con otros socios un sitio en internet llamado Ebrolis que, según explica la propia web, “selecciona para ti, según tus intereses, los mejores e-books gratis a precio muy reducido”. Quienes quieran diseñar o promocionar sus libros autopublicados también pueden recurrir a Ebrolis; pagando, por supuesto.
El escritor Xavier Alcalá es autor, entre otros, de un clásico como A nosa cinza, con el que han crecido varias generaciones. Cuarenta años después de su publicación en gallego y decenas de miles de ejemplares vendidos, el pasado noviembre decidió experimentar autopublicándola en castellano en Amazon (El calor de la ceniza). Dos meses y medio después, le pregunto si se han cumplido sus expectativas: “No. Creí que iba a ser un proceso más rápido y me ha decepcionado que Amazon te obligue a exclusividad pero desatienda la venta en América Latina. Pero un dato: solo en dos meses y medio iniciales ya he recuperado mi inversión”.
Me explica que del libro en papel (vendido a 14 euros) Amazon le da un 50% de margen y del e-book a través de Kindle un 70%. (Una editorial convencional suele ofrecer un 10% en papel y un 25% en digital). Las ventas en papel le parecen aceptables en Amazon (una media de algo más de un libro diario), pero las de digital –mucho menores– le parecen bajas.
Respecto a los costes “por autopublicar en Amazon (como en Google Play, por ejemplo), las plataformas no cobran nada y ofrecen información muy eficaz para la fabricación de los libros. Ahora bien, no realizan ninguna función de apoyo a la edición del texto, las capas, las sinopsis y demás elementos básicos de promoción. En concreto, a mí me cuesta 200 euros la revisión ortotipográfica y 150 la portada hecha por un profesional, a precio de amigo. No pago trabajo de edición porque mis novelas ya están editadas y probadas. ¡Ojo! Este es el punto flaco de la autoedición. Un texto de baja calidad de redacción puede ser crucificado por los lectores”.
Alcalá, sin embargo, cree que no hay marcha atrás en el cambio de modelo (“salvo hecatombe”). Me cuenta que va a hacer una pequeña inversión en una plataforma para aumentar su visibilidad en internet, porque ha recuperado los 350 euros de su inversión, pero las cifras no son las del chino de los 16 millones de euros. “En Ebrolis me insisten en tener paciencia, que un año no es nada”. Con unos o con otros, la santa paciencia de los escritores.
Del libro en papel Amazon le da un 50% de margen y del e-book a través de Kindle un 70%; la editorial un 10% y 25%
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