Para los conversos a la fe de los Cazalet
En clave muy británica
Como mucha otra gente, empecé a leer a Elizabeth Jane Howard después de haber leído bastante sobre Elizabeth Jane Howard. Había visto muchas veces la famosa foto en la que aparece cruzándose un cárdigan de punto sobre el pecho, seria y aleonada, con su hijastro, Martin Amis, a un lado y su tercer marido, Kingsley Amis, al otro. Sabía que ella fue instrumental en la formación lectora del primero, que se lo reconoce en Experiencia. Pero no la había leído hasta que una amiga inglesa, Emma, me dejó hace unos años los cinco libros de la saga de los Cazalet en ediciones de bolsillo, invitadoramente manoseadas. La familia de industriales de la madera, William y Kitty, “la Duquesita”, y toda su plétora de hijos y nietos, me acompañaron a lo largo de un verano por playas, trenes, aeropuertos, camas propias y alquiladas y mesas en las que debería haber estado trabajando en lugar de leyendo sobre una familia británica acomodada entre los años treinta y cincuenta del siglo pasado.
Desde entonces, he intentado replicar ese inmenso favor regalando a varias personas el primer libro de la saga, Los años ligeros. A veces la pasión no germinó, otras sí, y me consta que esos conversos, a su vez, han hecho su propia evangelización de Elizabeth Jane Howard, porque es así como se transmite este virus, con alevosía.
Gracias a las traducciones de la saga que en los últimos dos años ha ido publicando Siruela, muchos lectores en español se han incorporado al culto y forman en redes una comunidad ruidosa y opinadora que se mueve por Home Place, el hogar familiar de los Cazalet en Sussex, como por su casa. Quienes han ido siguiendo el ritmo de publicación de los cinco tomos de las crónicas (Los años ligeros, Todo cambia, Un tiempo nuevo, Confusión y Tiempo de espera), se quedaron ya huérfanos, pero tienen entre sus opciones buscar la serie que rodó la BBC en 2001 (está entera en YouTube y Filmin, por cierto, tiene una oportunidad de oro ahí para cazar a los fans de Los Durrell) y leer los otros libros de la autora.
El sello ha publicado ahora Como cambia el mar, que Howard publicó originalmente en 1959, mucho antes de ponerse con su saga más famosa. Esta novela, que va virando entre los puntos de vista de cuatro personajes de generaciones distintas –un dramaturgo famoso de sesentaytantos, su melancólica esposa, el ayudante y casi-hijo de ambos y la joven ingenua que contratan para hacerles de secretaria–, fue su tercera novela y, aunque Howard ya había tenido un éxito considerable con las dos primeras, no le estaba resultando fácil que la tomasen en serio como escritora. Había enterrado ya su idea de juventud de dedicarse a la interpretación, dejado a su primer marido, el naturalista Peter Scott, padre de su hija Nicola, y liquidado otro segundo y breve matrimonio. “Hay dos tipos de personas, las que llevan diferentes vidas con la misma pareja y las que llevan la misma vida con diferentes parejas”, dice la protagonista de su segunda novela, The Long View.
Howard desmintió su propio aforismo, puesto que su vida fue muy distinta con sus diversas parejas. “Cyril Connolly, Cecil Day-Lewis, Kenneth Tynan, Arthur Koestler estuvieron entre sus conquistas, aunque, por supuesto, el mundo pensó que ellos la habían conquistado”, escribió Hilary Mantel, que se declara devotadeHowardyfueamigasuyaenlos últimos años de su vida, en los que por fin saboreó el éxito literario con unos libros que parecían de otra época, aunque el último de la saga se publicó en 2013, cuando Howard tenía ya casi noventa años.
Entonces, aguda pero convaleciente, dio a The Guardian la clase de entrevista que una concede cuando ya no le sale a cuenta callarse nada y allí admitió que, por supuesto, su escritura se resintió en los años de su matrimonio con Amis, cuando tuvo que llevar una casa en la que siempre había entre ocho y doce personas, con un marido alcohólico e inútil “que no sabía ni hervir un huevo”. Pero allí también dice que durante esos años pre-Cazalet (no empezó la saga hasta que no dejó a su marido) jamás creyó que fuera peor escritora que su marido. Ahora, desdeluego,selaleemásaella.
Elizabeth Jane Howard Como cambia el mar
SIRUELA. TRADUCCIÓN: RAQUEL GARCÍA ROJAS. 428 PÁGINAS. 23,70 EUROS