Desde tierras extrañas
La covid ha dejado una larga estela de devastación, pero no ha podido con los libros que, tras un interludio en que se vendían online, esta primavera inundan de nuevo las librerías con títulos y nombres de lo más apetecibles. De entrada, hay que felicitarse de que en estos momentos haya en activo unas cuantas escritoras produciendo ficción de la mejor ley. La escocesa
por ejemplo, cuyos méritos le granjearon el premio Llibreter 2019 con Otoño / Tardor (Nórdica/Raig Verd). Ahora vuelve a brillar con una segunda entrega (Invierno / Hivern, Nórdica/Raig Verd )desu Cuarteto Estacional, en la que, con mirada dickensiana, examina el mundo postBrexit centrándolo en una familia muy pintoresca. Este clan celebra la Navidad con sus roles aprendidos, pero hay un personaje que dinamitará toda la farsa.
Los seguidores de –a la que conocimos gracias a Olive Kitteridge, que se llevó un Pulitzer– pueden degustarla de nuevo en Luz de febrero / Llum de febrer (Duomo/Edicions de 1984), con un aliciente añadido: la gruñona maestra Olive reaparece y se embarca en una relación de pareja que le permitirá una segunda vida. Esta relación entre dos viudos ansiosos de amor se cuenta con un acento crepuscular genuino. Por su parte, los adeptos a la exitosa serie Miss Bridgerton pueden leer la nueva precuela de Por culpa de Miss Bridgerton (Titania), donde los protagonistas, ahora, son los vecinos Rokesby.
Otras dos autoras relevantes que considerar son la nipona y la alemana que coinciden en abogar por la preservación de la memoria de las cosas y por rastrear los vestigios de las vidas de los otros. Ogawa en La policía de la memoria (Tusquets) arma una alegoría sobre los mecanismos de control de los estados sobre los ciudadanos, centrándose en una isla donde un cuerpo policial se dedica a mantener en la amnesia a sus habitantes. La fábula se va desplegando con inquietantes ecos orwellianos.
Por su parte, Kinsky en Arboleda (Periférica) da voz a una narradora que emprende un viaje a Italia inicialmente pensado en compañía de un hombre que fallece repentinamente. La protagonista da entonces al periplo un sentido de recuperación del amado y, embebiéndose en los paisajes italianos, deja que entre de nuevo en su vida la renovación y la esperanza.
A estas cuatro escritoras contemporáneas pueden añadirse otras cuatro que entreveran muy bien singladuras personales con encrucijadas históricas. La germánica en Las cuatro amigas / Les quatre amigues (Planeta/Columna) cierra la tercera parte de una saga iniciada con las vidas de Henny, Käthe, Ida y Lina y que ahora se continúa en las nuevas generaciones. Korn retrata a estas nuevas mujeres lidiando con conflictos como la guerra de Vietnam o la división de Alemania. La quebequense con Sed
(Literatura Random House) inicia una decalogía en la que describe (como Ali Smith
Novelas premiadas, relatos políticos, debuts y novedades de las voces extranjeras más prometedoras del momento
en parte) el desconcierto global en este arranque del XXI.
De tierras rusas nos llega el desgarrador relato de que ha dejado de lado la ciencia ficción y el terror para abordar una experiencia personal. Tienes que mirar (Impedimenta) narra con crudeza y extrema humanidad el viaje físico y emocional de una madre que debe enfrentarse a un aborto tardío por razones médicas. De maternidad también nos habla en Elfinaldelquepartimos (Vegueta), que se sitúa en medio de una crisis ambiental donde una mujer da a luz a su primer hijo y abandona su hogar en busca de seguridad para ambos. Duras son las reflexiones que plasma la escritora y activista turca en El edificio de piedra (Armaenia), un libro donde aborda temas como la opresión, el suicidio y el sistema político turco, y que nos brinda tras ser ella misma detenida y encarcelada en la prisión Kakirköy en el 2016. Por su parte, la periodista sueca navega entre el ensayo y la ficción en La cazadora de osos (Anagrama) para crear una novela política sobre la condición femenina y el lenguaje, que se remonta al siglo XVI y a la leyenda de Marguerite de la Rocque, la cazadora de osos.
Completaremos este mosaico femenino con dos figuras ya fallecidas pero que tienen una vigencia incuestionable. La británica en Cómo cambia el mar (Siruela) cuaja una caleidoscópica trama sobre cuatro generaciones distintas y demuestra que antes de ponerse con su saga Cazalet, ya tenía pegada narrativa. Y la belga (fallecida en el 2012) merece también atención: la podemos leer ahora en Yo que nunca supe de los hombres / Jo, que no he conegut els homes (Alianza de Literaturas/ Periscopi), donde narra la historia de cuarenta mujeres enjauladas en un sótano militar, que un día consiguen salir al exterior y deben aprender a gestionar su libertad.
Y vamos ahora con un grupo de novelas exaltadoras del riesgo personal y la aventura, y protagonizadas por personajes excéntricos y singulares. El colibrí de
(Anagrama/Periscopi, premio Strega) nos acerca a un oftalmólogo, Marco Carrera, a quien de golpe acechan un sinfín de infortunios familiares que él aprende a sortear con un agudo sentido de la resiliencia y la ternura. El libro apunta a la importancia de vivir con intensidad. Otra novela vitalista a más no poder es Un par de cómicos de (Sexto Piso). Jim Lanson y David Ogilvie forman un dúo cómico que se mueve entre Las Vegas y Hollywood, y a través de sus andanzas, Carpenter nos ilumina sobre las luchas y picarescas del mundo de la farándula. Adrenalina aventurera de la mejor ley la ofrece también en su tercera novela, Una dulce venganza / Una dolça venjança (Salamandra/La Campana). Aquí el personaje central es Victor Svensson, un desaprensivo que se casa con la hija de un millonario galerista y logra heredar el negocio, pero tiene que lidiar después con adversidades de lo más pintorescas.
En la celebrada Se ahogarán en las lágrimas de sus madres (Nórdica), el sueco
arma una historia en torno a un escritor que conoce a una terrorista islámica que en el último momento impide que se cometa un atentado contra el au