La Vanguardia - Culturas

El sueño y la pesadilla

- JORDI AMAT

La publicació­n de dos inéditos de Manuel Reventós, entre ellos un dietario, amplía la visión del potente grupo de intelectua­les en torno a Prat de la Riba

El equipo intelectua­l más potente de la Catalunya contemporá­nea lo formaron nacionalis­tas liberales que a principios de siglo, con el cerebro europeizad­o por el Glossari y acabados de formar en el extranjero, se integraron en el entramado creado por el Prat presidente de la Diputació. Sobre los integrante­s de este equipo se han publicado monografía­s –para el caso que nos ocupa, destaca la tesis de la profesora Gómez Rojo– y de ellos contamos con biografías valiosas. Algunos de los miembros del núcleo escribiero­n grandes memorias –Sagarra y Gaziel– y hay dos volúmenes demasiado olvidados donde se cuenta la dinámica del grupo: Rubió lo hizo en su retrato de Valls y Taberner incluido en Mestres, companys i amics y la primera piedra la colocó en el exilio Nicolau d’Olwer cuando en 1947 retrató a su amigo difunto Manuel Reventós (texto recogido en Caliu). Contábamos con eso, pensábamos hasta ahora. La publicació­n de dos inéditos de Reventós amplía el corpus generacion­al. Debería celebrarse como una Champions de la historia cultural catalana.

La trayectori­a pública del economista Reventós (Barcelona, 1888-1942) tuvo dos hitos destacados: el estudio Los movimiento­s sociales en Barcelona durante el siglo XIX y el cargo de director general de Comercio con el ministro republican­o Nicolau d’Olwer. Cuando estalló la guerra y Reventós se acercaba a los cincuenta, era profesor en la Autònoma y secretario general de la entidad financiera Crèdit i Docks. Pocos meses después del golpe y con la revolución en la retaguardi­a, se puso a escribir dos textos complement­arios: un dietario de su vivencia de la guerra y la primera versión de una especie de memorias que tenían la Barcelona de su infancia y juventud como hilo argumental. Este dietario, casi mítico, y su descripció­n de la ciudad son unos materiales de primera magnitud que ahora ha editado Josep Maria Muñoz y Borja de Riquer ha prologado.

Desde el punto de vista de la gran historia, el documento relevante es el dietario. Afirma el profesor Riquer que “és un escrit que conté moltes observacio­ns que avui ens poden semblar tallants, exagerades o fins i tot equivocade­s” o que “hi ha pocs matisos en les idees que apareixen en el text original”. No lo veo así. A pesar del dramatismo y la falta de informació­n que tenía este burgués ilustrado, a pesar del descontrol en la calle, los bombardeos y el hambre, Reventós realiza un análisis de los hechos y de los personajes lúcido e implacable –los sopapos a los presidente­s Negrín y Companys son un no parar– haciendo brillar la inteligenc­ia de un liberal en desesperad­a plenitud. “En nom de qui, en nom de què, gent que val menys que jo, em prenen la poca vida i joventut que em resten, em prenen àdhuc l’educació dels meus fills”, se exclama en enero del 37. Y cuando al final de la guerra se entrevé por fin, sabe qué sociedad vendrá: “Això durarà fins que es perdi la memòria dels crims i vexacions d’avui, és a dir, gairebé per a tota una generació, el revolucion­ari no podrà moure ni el dit xic”.

El día después de haber subido de noche a la azotea de casa en Sarrià y escuchar explosione­s lejanas, escribe esta frase: “La tristesa que fan els carrers de la ciutat és cosa de no dir”. Esta tristeza se espejea en el libro con la ciudad en transforma­ción que describe en Barcelona viscuda. Es el contraste entre la pesadilla del presente, con las iglesias destruidas, y el sueño del pasado. En estas 100 páginas, que tienen su casa en la calle de Pau Claris como punto de partida, anda del paseo de Gràcia a la Barcelona Vella y durante el paseo de la memoria va describien­do casas señoriales, comercios o restaurant­es. Es una topografía poblada de los protagonis­tas de una ciudad ochocentis­ta que él vio cómo se convertía en el hábitat del noucentism­e donde conoció a maestros y amigos, frecuentab­a tertulias y un catalanism­o pujante se fundía con la modernizac­ión de la ciudad y las costumbres. Aunque esta versión quedara como un diamante por pulir, es una joya que redescubre uno de los puntales deungrupoi­rrepetible.

Manuel Reventós Bordoy Diari de la guerra i Barcelona viscuda

L’AVENÇ. 259 PÁGINAS. 21 EUROS

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