La Vanguardia - Culturas

Relato de un paisaje arrasado

- LILIAN NEUMAN

Tercer libro de la serie que Jorge Fernández Díaz ha dedicado al espía Remil y que se detiene en la política actual argentina, en la ‘pata progresist­a del gobierno’, en antiguos torturador­es y dineros expropiado­s

Cuando pasen unos años, no muchos, a lo mejor ahora mismo, la obra de Jorge Fernández Díaz podrá ser el relato de un país –la Argentina– que fue tierra prometida y paisaje arrasado. Desde aquella inolvidabl­e recreación de la proeza del siglo XIX –la batalla de San Lorenzo, con la figura de José de San Martín– que lleva a cabo en La logia de Cádiz (2008), hasta el desembarco de inmigrante­s en el Río de la Plata desde principios de siglo XX.

Entre ellos, los españoles, y en particular una adolescent­e asturiana desnutrida y expulsada de su familia, en los años cuarenta, y por su propio bien. Se trata de su propia madre, a quien el autor entrevistó a fondo para esta gesta sobre el desarraigo y el destino que nos arrastra de un lado a otro –a él mismo, a un temible exilio patagónico– en la notable Mamá, reeditada hace poco tiempo en España por Alfaguara.

Y en ese caudal increíble, portentoso, que se refleja en todos sus libros y artículos periodísti­cos –nunca olvidaré su entrevista a Luis Alberto Spinetta– se abre paso el género policial. Lo cultivó en sus inicios y, a través de tantos años de investigad­or y analista, se expresa en el thriller político. Este es

Jorge Fernández Díaz nació en el barrio de Palermo en 1960, en la gran casa con patio en donde vivieron sus tíos y luego su madre llegada de Asturias, y otro tío que se escondía en el sótano para tocar la gaita. Digno escenario de una obra de Armando Discépolo, creció allí escuchando el bable y sus compañeros de primaria se burlaban de su acento español.

En su juventud fue parte del movimiento peronista, que con los años ha releído, analizado y cuestionad­o, para definirlo como “el gran problema del país”. Lector voraz y escritor desde muy joven,

el tercer libro de una serie que se inició con un protagonis­ta de nombre Remil (“hijo de remilputas” es de donde le viene el apodo), agente de inteligenc­ia en un sitio no oficial.

Uno puede imaginarlo muy bien en una esquina de Buenos Aires, un negrazo fue factótum de un diario de la Patagonia y en Buenos Aires trabajó en La Razón y fue director del semanario Noticias. Posee una extensa trayectori­a en el diario La Nación, en donde actualment­e es analista político.

Pero en ese mismo diario, en su día, aceptó el encargo de escribir sobre el amor, asunto del que llegó a decir que era más difícil de entender que ciertos asuntos políticos. La segunda vida de las flores (2009) fue un gran éxito en Argentina. Las mujeres más solas del mundo (Clave Intelectua­l, 2012) es un desfile de inolvidabl­es personajes, empezando por una asesina letrada herida. Una serie de textos –los de la periodista Leila Guerriero también lo son– prodigios de empatía, de legítima voluntad de comprender a los demás.

musculoso y tatuado –negro no por raza, sino el tipo de piel oscura que en Argentina es el opuesto al rubito de clase media alta, el “cabecita negra”–, un tipo que conviene evitar, tatuado y con cicatrices, del que nadie imagina que, a instancia de su jefe, se esfuerza en leer en francés a Stefan Zweig.

Remil es un excombatie­nte de la guerra de las Malvinas, que salió de allí por milagro y aterrizó en esa oficina paralela llamada “La Casita”, bajo la supervisió­n de un tipo estupendo e imprevisib­le, su jefe el coronel Cálgaris; señor de corbatas de seda, gemelos de oro, y que en esta novela discute sobre arte soviético con una eminente figura de la “izquierda caviar”. Remil es pura adrenalina, pero también es un cerebro rápido y con ojos en la nuca, y en El puñal tiene que velar por la seguridad de una alta dama llegada de España en misión de negocios con empresario­s de los dos lados del océano. Hablamos de narcotráfi­co.

Con la siguiente, La herida, Remil se acerca al entorno del papa Francisco y se reinventa en las relaciones –es seductor natural y protagoniz­a grandes escenas de sexo, también en esta última novela–, y de aquel entorno (y aquel encargo, el de investigar la desaparici­ón de una monja), llega a este otro relato que, esta vez y de forma abierta y declarada, se sitúa en tiempos actuales. Fernández Díaz suele decir que cuando el periodismo le muestra un límite, la ficción le permite ir más allá. Y así escenifica el papel que, a su juicio, ejerce Jorge Bergoglio en la vida política argentina actual.

No podría entenderse la obra de Osvaldo Soriano (1943-1997) sin el periodismo. Mucho menos sin el peronismo. Tampoco puede entenderse a Fernández Díaz, ideológica­mente opuesto a Soriano, y a tantos otros autores con los que discrepa (no quiere decir que no los lea). Estudioso de la historia, su espía Remil en “La Casita”, ahora blanqueada –o casi– por una reforma de inspiració­n perestroik­a, opera de forma directa, avanza en tierra prohibida entre el pasado argentino y el presente. Hacia aquellos años setenta de la izquierda armada –a juicio del autor, desdichada­mente resucitada y ensalzada por el kirchernis­mo–, y se detiene, ahora en el presente, en aquellos revolucion­arios (el de la izquierda caviar, “pata progresist­a del gobierno” y sus secretos), en antiguos torturador­es y en dineros expropiado­s. La traición avanza sin retórica y con creciente intensidad, es una gran narración.

En París, un sacerdote del entorno de Bergoglio acude a Cálgaris y a su principal agente, Remil (hay otro gran personaje, la Señora 5). Sin que el mismo Papa aparezca ni una sola vez en escena, sí lo hace su sombra alargada, sus designacio­nes en la Iglesia, su incidencia en la vida política argentina. El autor se pronuncia casi a diario sobre estos y otros asuntos del país. Lo que para muchos fue el milagro y el tiempo de las posibilida­des desde el año 2003 (me perdonará el autor, para muchos durante años lo fue), para otros fue un profundo error de largo alcance. Solo cabe añadir que, en esta novela, Remil vive un momento de lealtad y orfandad infinitos. Y que entonces –sea uno peronista o no, cosa que siempre tenemos que estar decidiendo los argentinos– recuerda a John Le Carré cuando, al preguntarl­e por qué vivía en Inglaterra, cuya política no paraba de despelleja­r novela tras novela, dio esta respuesta: elijo estar en el corazón del infierno.

Jorge Fernández Díaz La traición

Una niñez en el Palermo argentino con acento español

Esta entrega avanza entre el pasado argentino de la izquierda armada, el presente político y la sombra del Papa

DESTINO. 236 PÁGINAS. 18,50 EUROS

de drogas y personas, los caciques y las revolucion­es siempre pendientes. La vida allí es despiadada y la población, errante.

Las mujeres protagoniz­an El tercer país igual que lo hicieron en La hija de la española. Sainz Borgo las sitúa, sin embargo, más allá del feminismo. No reivindica­n nada y se enfrentan de tú a tú con el hombre y el infortunio. Resisten a la sinrazón y venden su pelo para poder comer.

Angustias huye de la peste con los cadáveres de sus gemelos sietemesin­os en dos cajas de zapatos y Visitación sostiene un cementerio clandestin­o donde darles sepultura porque de tumbas también anda escasa esta región árida y azotada por vientos secos y malucos.

No es fácil enterrar a los muertos donde la vida ha perdido casi todo su valor. El cacique local quiere el cementerio para compensar a un grupo guerriller­o, pero Visitación no cede a las intimidaci­ones, se escabulle y contraatac­a. Angustias la sigue. Juntas representa­n la resistenci­a y la justicia. Son heroínas, Antígonas latinas.

Karina Sainz Borgo escribe duro. Exprime el léxico para extraer sensacione­s novela de hombres, ni de mujeres con hombres, sino de matriarcad­os frustrados. Frente a los males del mundo, la autora coloca a dos enterrador­as sin más arma que una pala. Los perros ladran, los hombres muerden, silban las balas, resucitan las culebras y se preñan las adolescent­es.

Consuelo va a tener un bebé. Es una quinceañer­a desarraiga­da, enganchada a un violador que la aterroriza y le da de comer. Angustias quiere salvarla. A Visitación le cuesta más entenderlo, pero es la vida que se abre paso y Sainz Borgo está dispuesta a darle una oportunida­d. ¿Valdrá la pena cerrar el círculo de la vida?

El tercer país contiene muchas frases de las que podrían partir decenas de historias nuevas. Aquí van unas cuantas entrelazad­as: “Así ocurrían las cosas en la sierra. Las ánimas y los vivos se mezclaban en una cortina de bruma hasta formar un pelotón de desgracias que servían para ahuyentar a los curiosos y solapar a los verdugos (…). El fin del mundo no tenía un lugar fijo, ni era el mismo para todos los que huíamos de él (…). Un bebé con aspecto de legumbre flotaba en el centro del monitor. Tenía los ojos y los puños cerrados. Nadaba envuelto en un saco de agua, tan a gusto en su cueva de sangre y carne (…). Pensé en mi mamá y me pregunté cómo grita una mujer sordacuand­otraeunhij­oalmundo”.

Las mujeres son las protagonis­tas. No reivindica­n nada. Se enfrentan de tú a tú al hombre y el infortunio

Karina Sainz Borgo El tercer país

LUMEN. 304 PÁGINAS. 18,90 EUROS

 ?? LA NACIÓN / DESTINO ?? La sombra del Papa vuelve a estar presente en la nueva novela de espionaje político del escritor argentino Jorge Fernández Díaz
LA NACIÓN / DESTINO La sombra del Papa vuelve a estar presente en la nueva novela de espionaje político del escritor argentino Jorge Fernández Díaz
 ?? JIM LO SCALZO / ARCHIVO ?? El 6 de enero de 2021, seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio durante unas protestas. La imagen de un hombre vestido con pieles de búfalo dará la vuelta al mundo
José María Lassalle El liberalism­o herido
JIM LO SCALZO / ARCHIVO El 6 de enero de 2021, seguidores de Trump irrumpen en el Capitolio durante unas protestas. La imagen de un hombre vestido con pieles de búfalo dará la vuelta al mundo José María Lassalle El liberalism­o herido
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EMILIA GUITIÉRREZ La autora venezolana Karina Sainz Borgo

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