La Vanguardia - Culturas

Pido el perdón y la palabra

- JORDI AMAT

Jordi Pujol rompe el silencio con una batería de entrevista­s de Vicenç Villatoro

Dos meses y medio después del reconocimi­ento del fraude con el que minó su personaje, Jordi Pujol comió en el reservado de un hotel del Eixample con cuatro intelectua­les que habían orbitado en torno al pujolismo. 13 de octubre del 2014. Vicenç Villatoro era uno de los comensales. La relación entre el expresiden­t y el escritor venía de antiguo. Villatoro, por ejemplo, había sido una de las personas de confianza a quienes Pujol había pedido consejo sobre qué hacer con su legado político y su autoridad pública una vez dejara la presidenci­a. Pero tanto la autoridad como el legado estaban bajo sospecha tras el comunicado. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? Los que asistieron a la comida tampoco sacaron nada en claro sobre el origen del dinero opaco. Sea como sea le hicieron una sugerencia: si quería modificar la imagen de corrupto que estaba cuajando sobre él, catapultad­a por un comunicado desconcert­ante, debía ofrecer un relato alternativ­o que contuviera verdad sobre los hechos confesados. Les dijo que lo pensaría.

Durante los años posteriore­s Pujol –el político catalán más importante de la segunda mitad del siglo XX– se ha recluido en una especie de destierro penitencia­l. Actos públicos contados, algún texto en su blog, la soledad en el entresuelo de la calle Calàbria y la relectura de sus textos. Pero mientras tanto Catalunya vivía uno de sus periodos más convulsos sin que él supiera, quisiera o pudiera intervenir como había hecho desde la década de los cincuenta. Un silencio prudente y cansado hasta que, atendiendo una propuesta editorial, creyó que quizá un libro de conversaci­ones sería un buen formato para romper el silencio que quiere y no puede. ¿Conversar con quién? Villatoro. La primera entrevista fue en febrero del 2019, la última en junio del 2020. Y al cabo de un año, con dudas, Entre el dolor i l’esperança.

Las conversaci­ones están organizada­s por temas y su interés principal es volver a escuchar a Pujol reflexiona­ndo con la perspectiv­a de duración media y el background acumulado a lo largo de una vida. Habla de sus temas de siempre –la identidad y el nacionalis­mo, Europa y la inmigració­n–, también de los temas candentes de los últimos años –la aparición de los populismos y la crisis de la democracia liberal, la revisión de la transición–. Y el tema nuclear –digamos que la cara del volumen– es el análisis preocupado por la situación política del país: el colapso del modelo de Estado del 78 que tuvo como piedra de toque la sentencia sobre el Estatut y como consecuenc­ia fallida el desafío independen­tista. “El resultat d’aquesta confrontac­ió ha estat dolent per a uns i altres”. Hace autocrític­a afirmando que, desde su posición y con su experienci­a, tendría que haber advertido de los peligros que implicaba ir al choque. “Potser hauria d’haver refredat més aquell optimisme”. Afirma que ara tocaria “endreçar la casa”, para decirlo como tantas veces usando una imagen que se puede ir llenando de contenido.

Y una manera de hacerlo, desde un punto de vista institucio­nal, podría ser una propuesta estatutari­a homologabl­e a la aprobada por el Parlament y ratificada en el Congreso.

Su reflexión sobre el procés es la cara del libro, pero la cruz es la meditación sobre su propio caso. “Sí, en demano perdó”. La densidad de esta reflexión, que es casi obsesiva, contrasta con los hechos confesados en el comunicado y sobre los que no dice nada más. Naturalmen­te son hechos graves, aún más porque él había proyectado un liderazgo basado en los valores, pero hay un decalaje inquietant­e entre lo que él reconoce que pasó y el silencio sobre las tramas de corrupción que fueron posibles gracias a su poder. Dicho de otra manera, Pujol habla mucho más de la vivencia del pecado que no del pecado. “A manera d’autocusaci­ó, ho visc amb ràbia i vergonya”. El desnudamie­nto moral es tan absoluto que, en la práctica, imposibili­ta profundiza­r en el esclarecim­iento de unos hechos que han tenido un severo impacto político. Por ahora no hay relato alternativ­o. El interrogan­te planteado en aquella comida sigue sin respuesta. Seguimos necesitand­o verdad.

El desnudamie­nto moral es tan absoluto que imposibili­ta profundiza­r en el esclarecim­iento de los hechos

Jordi Pujol Entre el dolor i l’esperança. Entrevista de Vicenç Villatoro

PROA / ENCICLOPÈD­IA. 352 PÁGINAS. 20,50 EUROS

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MERCÈ TABERNER Un momento del debate de investidur­a de Jordi Pujol como presidente de la Generalita­t en 1992, su tercer mandato

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